Taberna El Buen Camino en Las Palmas de Gran Canaria

Lo recomiendo la comida sobresaliente en mi opinión, ya he ido varias veces, es de mis favoritos . El servicio no es muy cercano ni simpático pero supongo que es por que trabajan mucho.

Una elección perfecta. Platos exquisitos. Postres deliciosos. El servicio amable, cercano, profesional. No hay "peros" que poner. Fuimos a cenar tres personas. Probamos las tostas, tortilla de calabacines y queso... nos dejamos guiar por las recomendaciones del camarero. Un 10 en todo. Recomiendo 100%. Volveremos sin dudarlo. Gracias a todo el equipo y dueño del restaurante. Una velada ideal.

Buenas relación calidad-precio.

Muyy rico todo la verdad lo que un poco caro

Por motivos laborales, este viernes no pude almorzar en esta espléndida taberna. Sin embargo, hice un pedido de cuatro mini hamburguesas y un postre de quesillo casero la mar de exquisitos. Qué cosas más ricas degustamos mi hijo y yo. Como siempre. Enhorabuena por estos manjares.

Nadie da más por menos, nos encanta a mi novia y a mí.

Solemos ir con frecuencia a comer fuera en familia y el buen camino ha sido todo un descubrimiento y un lugar sin duda para repetir, el ambiente, la limpieza,el servicio y por supuesto la calidad de la comida han sido inmejorables así como la atención de Aitor nuestro camarero. Volveremos sin duda.

Todo súper bien. La comida sale toda en el momento justo y la calidad de lo mejor. Medias raciones muy bien puestas…

Todo genial una comida espectacular y un servicio exquisito, la única pega pero como sugerencia que tendrían que mejorar la reserva ya que aunque te den lista de espera estuvimos esperando más de 30 minutos para que nos dieran una mesa pero que es modo sugerencia para mejorar

Después de un tiempo, vuelvo a recalar a esta estupenda taberna. Parece que fue ayer la última vez que vinimos, pero, pese al lapsus temporal no dejamos de asombrarnos ante tanta maravilla culinaria. Esta vez, el chef Juan Carlos Quintana, nos sugirió una ensalada fresca de tomates y riquísimos aguacates de Gran Canaria polvoreados de sal y especias rociado de un sabrosísimo y aromático aceite de oliva, que acabamos mojando con pan artesanal. Ya puestos en marcha, degustamos un excelente plato de papas arrieras, pulpo y langostinos cubiertos de una sutil salsa en la que el pimentón no podía faltar y que el silencio reinó la mesa hasta el final. Qué bueno! Como colofón final, degustamos un gran plato de rejos de chipirón sahariano, respaldados con unos pimientos de Padrón y lluvia de zumo de limón exprimido al gusto. Toda una buena conjugación de aspecto, color, sabor y rapidez de éstos magníficos platos. Qué decir de los postres caseros. Elegimos el mus barroco y como siempre: super rico. Por cierto, pedí un orujo blanco (muy digestivo), que me llevó a la siesta en volandas ☺️ Enhorabuena, chicos!!!