Sunahra Beach Club en Motril

Anoche cenamos mi mujer y yo y salimos encantados. Equipo joven, muy amable y con muchas ganas; quizá les falte un poco de rodaje, pero su educación y atención compensan cualquier espera. Mención especial para Jesús, un chaval tremendamente comprometido. Como único “pero”: el corte del atún podía estar mejor (lo avisamos). En conjunto, muy recomendable. Volveremos.

Una cena en la playa y una experiencia encantadora en un restaurante muy bien atendido. El personal fue muy amable y la comida estuvo deliciosa.

Lo recomiendo, el ambiente y el entorno están genial, el servicio de los camareros siempre que he estado, que son varias y en diferentes horas, han sido muy agradables y atentos. Y la comida, y la cena muy buena, también recomiendo probar sus tostadas a la hora del desayuno.

Hacen unas hamburguesas de vacuno auténticas riquísimas. El ambiente estupendo. Con ganas de repetir.

¡Reserva con antelación por la noche! Comida excelente, servicio atento y una ubicación maravillosa junto al mar.

¡Qué rico! No te lo puedes perder. La variedad es maravillosa, es difícil elegir entre tantas opciones deliciosas. Ojalá pudiera volver, pero tengo que ir a GIB.

Hemos estado aquí varias veces. Los fines de semana, el servicio es bueno; muchos empleados hablan inglés y son atentos. Entre semana, muchos platos del menú no están disponibles y, por desgracia, el personal solo habla español. Esto fue muy insatisfactorio. Hay que esperar bastante tiempo por la comida, pero la comida que se sirve es muy sabrosa y fresca. La reserva de tres platos se debió a que el menú se agotó entre semana. Sin embargo, el ambiente es inmejorable, ¡justo en la playa y hecho con mucho cariño! Nos encantaría volver el fin de semana.

Chiringuito con gran calidad en sus platos. Destacar también que cierra tarde la cocina y la amabilidad de sus trabajadores, en especial la de Paco, muy profesional y cercano que no dudo en asesorarnos ante nuestras preguntas sobre qué comer, exquisitas sus recomendaciones. Deja también un hueco para el postre.

Tiene todos los ingredientes para elevar el disfrute de una buena comida: ubicación inmejorable, decoración acorde, calidad y presentación de la comida excepcional y personal intachable. Plato que veíamos salir de la cocina, plato que te quedabas con las ganas de probar (porque todo no se puede). Empezando por el pan del servicio que te traen calentito y con una mantequilla casera muy rica. Nosotros pedimos las almejas a la marinera, dejamos el plato como el jaspe pringando pan. La txuleta a la piedra de Txogitxu, buena calidad y presentación; quiza lo mejorable son las patatas de acompañamiento. El Steak tartar sobre tuétano, muy rico y bien aliñado en mesa (cada vez en menos sitios lo hacen in situ). El tiramisú casero, el postre que nos pareció más flojo. El brownie, bastante bueno. Y la estrella de los postres: la torrija en pan brioche. El precio sorprendentemente ajustado para la calidad, cantidad, presentación y ubicación. Destacar la atención del camarero que nos atendió (un chico joven, moreno y delgadito) que, a parte de ser el artífice del aliño del Steak, estuvo muy pendiente de nosotros y, en especial, de nuestra hija.

Unos de mis restaurantes favoritos!! Os lo recomiendo sin lugar a dudas!! Cada uno de sus platos es un espectáculo! La atención es de diez!!