Señorío de Cabrera en Telde

Experiencia fantástica e inolvidable. La causalidad nos llevó hasta aquí y Agustín y Felisa se encargaron del resto; grandes como anfitriones, geniales como personas. Y los vinos todos deliciosos. De 11 sobre 10! Aunque en nuestro caso tuvimos suerte, aconsejable y necesario concertar cita para asegurarse la visita, preferiblemente con comida incluida.

Probablemente la mejor y más personal bodega en la que he estado. La puerta de abajo está cerrada, pero ten fe y toca el timbre de la derecha. Puede aparcar directamente en el sitio, en la calle. El aceite de oliva, el aguacate y sí también el limoncello, ¡simplemente un sueño! ¡El vino también es de muy buena calidad! No sólo volveré sino que definitivamente recomendaré la bodega a otros. ¡Gracias por este maravilloso día!

Un tesoro oculto que pocos canarios conocen , muy buena vibración , amables , cariñosos , sales de allí con una energía renovada , vinos muy buenos y la hospitalidad de sus propietarios hacen que te lleves una sonrisa y un gran recuerdo de la bodega y su entorno . Volveremos !!

Me ha encantado. Muy amable el señor Agustín se ha volcado con nosotros,Un trato excelente.

Fue un placer conocer a una pareja tan encantadora. A Agustín y Felisa gracias por brindarnos una bienvenida tan cálida y amorosa a su hogar. Si visita este lugar, no solo experimentará algunos vinos fenomenales, sino que también conocerá a dos hermosas personas que comparten su apasionante proyecto de tener una pequeña granja/bodega. Su hospitalidad nos dejó el corazón lleno y el estómago contento con la deliciosa comida de la finca. Estamos ansiosos por compartir esta experiencia y volver algún día.

La pareja fue extremadamente amable y amigable. Tuvimos que usar el traductor en nuestro teléfono para comunicar del inglés al español, pero fue parte de la aventura. Logramos intercambiar y aprender sobre cómo construyeron las viñas, la casa y todo desde cero en la ladera de una montaña. Llevan allí 35 años. Tienen naranjo, plátano, café, aguacate y uvas. Se lo recomendaría a cualquiera que quiera ver una bodega familiar tradicional que sea completamente diferente a una industrial más grande.

Ha sido un experiencia maravillosa. Felisa y Agustín , un encanto de personas que te hacen sentir de la familia nada más llegar a su casa, han logrado una finca espectacular. Nos enseñaron sus viñas y cafetales, nos dieron a probar sus naranjas que cogimos del mismo árbol , y posteriormente pasamos a una mesa puesta en un patio acogedor donde nos atendieron cariñosamente con una comida casera exquisita compañada por su igualmente sus estupendos vinos, tanto blanco con tinto. Me reitero en que ha sido una experiencia maravillosa, que sin dudarlo repetiremos .