San Remo en Santiago del Teide

Decepcionado con un Mitsubishi de 5 estrellas hace unos meses, elegí un Barceló para diciembre, el de Santiago, solo para adultos. Al llegar a la habitación, disfrutamos de unas vistas magníficas (octava planta) y de unas puestas de sol impresionantes. Las piscinas son muy bonitas, y solo una está climatizada. Las tumbonas son excelentes y están limpias. La comida está bien preparada, es variada y, sobre todo, de alta calidad, desde el desayuno hasta la cena. Los bares son excepcionales, con bebidas y cócteles auténticos. Casi todo el personal es amable y servicial (un agradecimiento especial a Kevin y David). Mi única queja: no hay playa cerca, ¡pero se puede prescindir de ella! Es un establecimiento de alta calidad, merecedor de más de 4 estrellas (todas las bebidas se sirven en botellas individuales, una noche hubo langostinos ilimitados y suele haber salmón ahumado por la mañana, lo cual es excepcional). Recomiendo este establecimiento y volveré.

Una experiencia excelente en el Barceló Santiago. El establecimiento está muy bien organizado y la atención al funcionamiento general del resort se aprecia de inmediato, tanto en los servicios como en la gestión de las zonas comunes. El punto fuerte es, sin duda, la ubicación: el lugar es magnífico, con unas vistas espectaculares que garantizan una estancia realmente agradable y relajante. La comida también merece una nota positiva: a pesar de ser un buffet, la calidad está por encima de la media, con buena variedad e ingredientes cuidadosamente seleccionados. En cuanto a aspectos a mejorar, las habitaciones son un poco pequeñas y el mobiliario algo soso. Sin embargo, el establecimiento no da la sensación de estar tan anticuado como suelen quejarse en otras reseñas: las zonas comunes están bien cuidadas y el hotel se encuentra en buen estado en general. En resumen, una excelente opción para quienes buscan organización, buena comida y una ubicación realmente espectacular.

Nos alojamos seis días en el Barceló Santiago. No era nuestra primera estancia. En general, quedamos satisfechos, pero hay algunas cosas que podríamos sugerir para mejorar. El entretenimiento estuvo bien, pero no tan bueno como en años anteriores. Solían ofrecer espectáculos nocturnos fantásticos, pero esta vez no hubo ninguno. También había música en vivo ocasional (solistas) en el bar de recepción. En las habitaciones, me habría gustado tener más opciones para colgar las toallas. Solo había dos ganchos en la ducha, lo cual es un poco insuficiente. La ubicación es fantástica, la comida es excelente y el servicio es inmejorable. Sin duda, volveremos.

Estuvimos alojados en este hotel con la mala suerte que hizo frío esos días ,en nuestra habitación hacia frío por lo que intenté poner la calefacción ,mi sorpresa fue que no tenía ,me lo confirmaron en recepción la solución unos edredones. Un hotel de estas características ya tendría que tener climatización . Para más inri al volver de cenar nos encontramos que nuestra habitación que era para dos estábamos tres ,incluido una cucaracha. También después de mi queja en recepción la solución fue mandar a la camarera de hotel para intentar sacar la subsodicha debajo del mueble de la nevera. Por supuesto no pudieron y tú e que poner una toalla alrededor del mueble para que mi señora durmiera tranquila. La restauración del hotel esta muy bien.

Nos encanta la cadena Barceló; las camas son comodísimas. La habitación es grande, con televisión, hervidor de agua y secador de pelo. Pedimos una plancha y nos la trajeron a la habitación. Tienen un restaurante con buffet, peluquería, gimnasio y spa. Aparcar fuera del hotel es un poco complicado debido a la cantidad de coches. La terraza es lo mejor: tumbonas, tumbonas grandes, y la vista es preciosa. Pagamos un suplemento por las vistas desde la habitación y vale la pena. Volvería.

Me alojé en el Barceló Santiago durante ocho noches con mi pareja, en régimen de media pensión. El hotel, en general, es realmente espléndido: moderno, bien cuidado, con vistas al mar y a Los Gigantes. Las zonas comunes son luminosas, están bien organizadas y son muy agradables, especialmente las piscinas y el solárium, ideales para relajarse a cualquier hora del día. La experiencia gastronómica fue una de las sorpresas más agradables: comida excelente y de alta calidad, con una amplia variedad tanto para el desayuno como para la cena. Aprecié mucho que cada noche tuviera una temática diferente (italiana, americana, mexicana, española, etc.), lo que hizo que la experiencia fuera fresca y divertida. Incluso siendo italiano, acostumbrado a los sabores caseros, aprecié todo: desde la atención a la materia prima hasta la meticulosa presentación. Además del desayuno (con media pensión), se podía elegir entre almuerzo o cena, una opción muy práctica. Desafortunadamente, debo destacar un punto negativo importante: la limpieza de la habitación. El suelo nunca se aspiró bien durante toda nuestra estancia, el bidé y la ducha a menudo se dejaban sin lavar, y lo mismo ocurre con la terraza exterior, que permaneció descuidada durante toda la estancia. Incluso la bañera privada de la terraza no se limpió: usarla inevitablemente la ensuciaba, pero el personal nunca la desinfectó, lo que afectó la experiencia general. Además, un día, nos pasaron por alto la habitación sin avisarnos. Considerando la calidad del resort y el precio, habría esperado un nivel significativamente superior. Si me permiten una sugerencia adicional, el entretenimiento nocturno y diurno podría mejorarse: las actividades son agradables, pero un poco repetitivas y poco atractivas, y la oferta nocturna podría ser más variada y bien pensada, dada la belleza del hotel y el potencial del entorno. En general, recomendaría el Barceló Santiago, pero recomiendo encarecidamente a la dirección (ya que he visto lo mismo leyendo otras reseñas aquí) que preste más atención a la limpieza y mejore el entretenimiento, lo que podría dejar el resort impecable.

Completamente satisfecho y encantado

Vistas inmejorables, tranquilidad y buen servicio en general, volvería seguro

Un complejo hotelero precioso con fantásticas vistas al mar desde la piscina. Recomiendo habitaciones con vistas al mar, idealmente con vistas a Los Gigantes.

La vista desde el hotel es simplemente impresionante y muy tranquilo. La comida es variada y deliciosa. Lamentablemente, no hay playa directa, pero a pocos minutos a pie se llega a una playa de arena negra brillante. También se puede nadar, pero es muy rocosa 😂. Es ideal para pasear y tomar fotos preciosas. El hotel tiene una aplicación de servicio que te mantiene informado de todo y atiende tus peticiones (como toallas adicionales en la habitación).