Rincon de iruña en Cambrils

Un lugar al que siempre vuelves. Casi escondido, descubierto gracias a buenos amigos. Y no te equivoques, no son simples tapas ni nada por el estilo. Es auténtica comida vasca, y la chef sabe lo que hace. Un restaurante donde te das un capricho, e incluso cuando estás lleno, solo tienes que pedir postre. ¡Espero comer aquí cien veces más!

Todo espectacular!!!! Comida, atención, todo de 10. El carpaccio de gambas, las croquetas de solomillo con gorgonzola y para remate el txuleton. Volveremos pronto

El servicio fue amable, pero poco más que destacar. La carta tiene precios sorprendentemente altos para el tipo de local que es: por fuera parece un restaurante familiar sencillo, pero una ración de ocho croquetas cuesta 25 €, y un refresco 4,75€ algo difícil de justificar. Ofrecen un aperitivo de cortesía, aunque sin mucho acierto en sabor. El chuletón estaba tierno, pero había más hueso que carne. Los hay mejores con mejor relación calidad precio. La guarnición de patatas venía con la salsa cortada y sin apenas sal… la misma que lamentablemente le sobraba al chuletón.

Fuimos esperando mucha carne de calidad a buen precio, y nos decepcionó. Al principio, el lugar parece familiar y sencillo, pero peca de pretencioso. Nos invitaron a gazpacho y gildas, lo cual fue un buen detalle, pero a ambos les faltó sabor, y la aceituna probablemente era de Mercadona. Pedimos carne y era casi todo hueso, así que por el kilo que anunciaban probablemente teníamos 500 g de carne por los 70 euros que cobran. Estaría bien si la carne estuviera buenísima, pero no lo estuvo, ya que venía con una gruesa capa de sal por encima y los cortes eran muy finos. No fue el peor que hemos probado, pero hemos probado mejores por la mitad de precio. Y con más cantidad. Las bebidas también eran carísimas. Evítalo si buscas un equilibrio entre calidad, cantidad y precio.

Muy buena calidad y cocina. Un poco caro para la situación.

Muy buena comida. El servicio y la atención insuperable gracias a VICTORIA, mucho carisma y profesionalidad. Comimos en una terraza cómoda y buenas vistas.