Fuimos a un tipico almuerzo de fin de año donde te cobran un precio fijo, te dan esos platos a compartir, te gastas mucho dinero y te vas sobrio y con hambre, y te das cuenta que por la cantidad de gente que había en el local, por la cantidad de gente que eran en tu grupo, bien podrías haber pedido lo que quisieras -sin menú pactado y acordado- y hubieras salido más contento....
No vamos a negar que el lugar es muy bonito, la atención es muy buena, y la comida está muy bien... Los ingredientes y la presentación es de calidad.
Le sugeriría al dueño acondicionar acusticamente el lugar.... hay mucho eco, reverberación, ruido, mucho bullicio por los materiales rígidos, lo cual hace que no se pueda estar cómodo y mira que estoy acostumbrado a eso.... Incluso sin musica ni gente a los gritos, simplemente con la gente conversando, pero terminamos yendonos afuera para aliviar los oidos.... Podriamos habernos quedado tomando copas como siempre hacemos pero es que no se podia ni hablar tranquilos... con paneles acusticos debajo de las mesas y algunos otros distribuidos en techos y paredes se podria estar mejor alli
Seamos claros: sin dudas volveré. Eso si, pidiendo a la carta. Con el cubierto fijo no me enganchan más. Cuidaré estar fuera. Un poco más al aire libre, que tienen un espacio techado y más abierto, donde no hay ese eco de más adentro.... Por lo demás, genial...
Uno de mis bares de tapas favoritos de toda Almería, comida española clásica, mucha variedad, muy rica la comida, buen precio, y muy cómodo el sitio, sobretodo la terraza, amplia y con buenas vistas. Súper bien.