Restaurante Sábrego en Ribadavia

Creo que tienen q mejorar la calidad de los platos de degustación sobre 70 euros persona más bebida y la verdad deja bastante q desear . Servicio exquisito. No se os ocurra pedir el chupito de vino dulce no es nada del otro mundo y te cobran 7 euros por cada uno. Personalmente pienso que es un robo aún más pensado en que has pagado una cuenta de 250 euros por tres personas. En cualquier restaurante mediano con una cuenta así te invitan al chupito

Excelente comida, personal amable y profesional, nada de qué quejarse, volveremos con mucho gusto.

Bonito local. Comimos 5 personas para compartir: croquetas, brioche, tortilla abierta de bogavante, ravioli de gallo, tataki (que estaba fuera de carta), solomillo de ternera y lomo de ciervo. En general la comida estaba bien, pero a nivel personal destacaría la carne. Nos pusieron un aperitivo de salmón con espuma de queso de arzúa que estaba buenísimo. También nos pusieron aceite con varios tipos de pan y dos tipos de mantequilla; la pena es que no nos dió tiempo a degustarlo mucho, porque lo quitaron demasiado rápido... En relación al vino me ha parecido caro para ser el restaurante de las bodegas de Casal de Armán, ya que si lo compras allí cuesta 25€ pero si lo bebes en restaurante cuesta 39€. Me parece un precio elevadísimo en relación a otros restaurantes que nada tienen que ver con la bodega. Bebimos el incomprendido y finca os loureiros. Probamos 3 postres, de los cuáles nos gustó más el esponjoso de cítricos, y el de kéfir.

Delicioso, bien ubicado y servicio muy atento, gracias.

Degustación sorpresa Tuvimos la oportunidad de disfrutar de una comida memorable en este restaurante de Ribadavia que ofrece dos opciones de menú de degustación: uno de nueve platos y otro de once. Nos decantamos por el de nueve platos, dejando a criterio del chef la selección de cada plato. El ágape empezó con un cóctel servido en la calle, donde las vistas a los viñedos de alrededor aportaban una atmósfera relajada y diferente. Todos los platos que nos ofrecieron eran fuera de carta, con una cuidada presentación hasta el mínimo detalle y una calidad gastronómica sorprendente. Entre todos los platos, cabe destacar el Bonito de Burela, presentado con tres texturas de la suya, y la vaca madurada, acompañada de cepas y un puré de manzana ácida que equilibraba perfectamente los sabores intensos de la carne. Cada plato era una muestra de originalidad y técnica, haciendo evidente la pasión del chef por el producto de proximidad y la creatividad en su elaboración. Para concluir, disfrutamos de un postre delicado seguida de unos pequeños fours que redondeaban la experiencia de manera sublime. Además, los vinos eran de su propia bodega, lo que añadía un toque de autenticidad al conjunto. La excelente relación calidad-precio, y el servicio, atento y cercano, hace de este restaurante una parada obligatoria para los amantes de la gastronomía.

Impresionante cada año vamos por lo menos 1 vez,todo increible

Excelente la comida. La atención es única. Recomendado 💯

El restaurante es precioso, en un enclave idílico, la comida muy buena , probamos uno de los menús degustación y realmente merece la pena; volveremos con intención de probar la carta !!

Inmejorable experiencia, todo buenísimo, platos variados y para todos los gustos y de los vinos, la ubicación y el trato ya ni os cuento. Buenísimo.

Impresionante ubicación con espectaculares vistas a su alrededor. Paramos aquí para almorzar tranquilamente de camino a Baiona, ¡y nos alegramos mucho de haberlo hecho! El entorno es encantador, el servicio profesional y eficiente, y la calidad y presentación de los platos fueron excelentes. Lo más destacado fue la tortilla abierta con bogavante que era tan original y sabrosa y el arroz con gambas. Muy buen pan también. Altamente recomendado.