Restaurante Panorámico Las Sirenas en Viveiro

Nos hospedamos en el hotel y la experiencia ha sido inmejorable. No puedo decir lo mismo del restaurante. Reservamos y cuando llegamos no estaba lleno. A pesar de esto, tardamos 50 min en empezar a comer, la comida no es nada especial. Con la gran oferta gastronómica de Viveiro, nos pareció bastante mediocre. El postre muy grande pero nada del otro mundo. Los camareros correctos hasta que empezamos a mostrar nuestro descontento con la tardanza e incluso se equivocaron en la cuenta y no se disculparon. En fin, puede ser cómodo si estás en el hotel pero por todo lo demás, no lo elegiría.

El comedor es muy amplio y cómodo, mejor si tienes mesa en la parte de fuera que tiene unas vistas espectaculares. Dentro se está bien y el ambiente es tranquilo y hay mucho espacio entre mesas. La atención de los camareros muy buena y atenta. Sobre la comida lo primero destacar que los platos son muy abundantes, también lo es el precio. Me gustó el pulpo y las carenrd de primera. El rape en salsa de almendra algo insípido y el rape en brocheta algo mejor. Tuvimos un problema con un segundo plato que tardó mucho en salir y finalmente lo pedimos para llevar porque se nos pasó el apetito y ya habíamos comido bien. No tuvieron problema en meterlo en un tuper de plástico muy bien y traerlo en una bolsa de cartón para llevar. Sobre los postres las filloas increíbles, e igualmente gigantes, hay que dejar mucho hueco para poderlas terminar. La tarta de queso azul con helado de fresa muy rica, un sabor curioso y no sabe fuerte para nada, si eres fanático del queso lo recomiendo. El brownie correcto, no fue lo que más me gustó. El precio caro, pero bueno, acorde al sitio, calidad y cantidad. Lugar muy recomendable y luego tomar un café o copa en su terraza exterior con vistas a la ría ya remata la jornada.

Una situación espectacular, muy buena comida , comida magret de patología, abundante y muy rico

Increíble calidad-precio con una atención muy cuidada y cercana. Carta tremendamente cubierta con pocas pero fantásticas opciones. Solamente leyendo cada una de las opciones dentro de cada opción (entrante, carne, pescado...) da ganas de pedirlas todas y no defrauda ninguna de ellas, ya que las raciones son perfectas tanto en abundancia como en elaboración. Especial mención a las trabajadas parrilladas que ofrecen en fines de semana con esa entrada al puerto de Celeiro como telón de fondo desde el panorámico restaurante que nos ofrece las vistas del increíble Mar Cantábrico. Resumo diciendo que este lugar nos ofrece calidad, atención cercana, tranquilidad y disfrute gastronómico tremendamente excepcional!! A Mariña Lucense en estado puro. Como dice el refrán, "he para comer... Lugo"

Pensé en enviar email privado, pero como no van a hacer caso, mejor por aquí. Como clienta habitual que era/soy, no me apetece dejarlo pasar. Hace dos meses contactamos para un bautizo. 3 veces nos dijeron que se pondrían en contacto. Nunca lo hicieron, ni para decir q sí ni que no (que lo entenderíamos, no pasaba nada).

Para mi y mi mujer uno de los mejores sitios para cenar, calidad precio, buena atención , sitio espectacular 👌

Lo mejor del restaurante son las vistas sobre la ría de Viveiro, aunque conviene reservar para disfrutar de las mejores sitios. Al estar alojados en el hotel, hemos comido y cenado algunos dias en él y todo lo que hemos comido estaba francamente bueno. Destacaría la merluza rellena de marisco, la merluza a la gallega, los calamares y los huevos estrellados con gulas y langostinos. El servicio es amable y el ambiente acogedor.

Genial 👌.....siempre repetimos. Gracias

El restaurante perfecto, las vistas espectaculares y la comida muy buena, la unica pega , los niños correteando y gritando mientras cenamos... Mientras los Papás charlaban amigablemente

Fuimos por descarte, porque el que queríamos estaba cerrado y ya estábamos en el hotel, así que decidimos subir a cenar allí. La comida muy bien, los camareros muy amables y nos aconsejaron acerca de los platos. El servicio rápido. Compartimos todos los platos y con cada nuevo plato nos cambiaron platos y cubiertos. No sé si en nuestra primera opción (Nito) hubiésemos cenado tan bien y tan a gusto.