19/10/2025: El sitio es de típico restaurante anclado en el tiempo, de hecho por eso me llamó la atención y porque todas las fotos en google tenían pinta de comida muy casera. El servicio fue lento pero se notaba que los platos los preparaban en los momentos, todo estaba rico y en general hubiéramos salido contentos si no fuera por el hecho de que el camarero te recita el menú, pero no te trae la carta. Le pedí que nos lo trajera y nos dijo "no no, aquí no tenemos". Más tarde le pregunté como hacía para explicarles el menú a los extranjeros y me dijo "tenemos para los extranjeros un menú distinto, que está muy bien, pero tiene otras cosas... pero los españoles no tienen interés en ese..." O sea, sin dar opción de poder elegir, nos contó los platos que él creyó convenientes para los "no extranjeros", que por supuesto todo lo que nos mencionó eran platos que iban a ser caros (mucho pescado, carne asada de todo tipo, incluso wayu, tartar...). Además al recitarte la carta, te quedas con 4 cosas. Al final pedimos dos copas de vino de Lanzarote, unas croquetas de cherna (le preguntamos cuantas vienen y dijo simplemente "vienen bien" - y resultaron ser 16 croquetitas del tamaño de medio meñique, o sea unas 4 de tamaño normal), unas gambas al ajillo, un tartar de atún, un cherne en salsa verde con patatas, y unos higos flambeados. Precio total: 90 euros.
Todo estaba bueno, y aunque algunas cosas me parecieron excesivas de precio (10 euros por 4 higos pequeños flambeados con una bolita de helado), nos fuimos con una sensación de engaño. Quizá, si nos hubieran dado la opción, hubieramos pedido algún plato más barato y sencillo o no hubiéramos pedido el postre. Incluso en la cuenta todos los elementos tenían el mismo concepto, algo asi como DEP010, entonces ni si quiera sabes qué cuesta cada cosa a menos que se lo preguntes, y tampoco tienes con qué comparar, porque no te enseñan el menú. La verdad, no entiendo la estrategia, creo que lo mínimo es que alguien que se sienta a comer pueda saber lo que va a pagar por lo que pide. De hecho, dudo que sea siquiera legal. Por la gente que había cenando, parece que tiene mayor acogida entre extranjeros de la tercera edad (parecía que todos eran británicos). Quizá a ellos no les supone nada gastar 90 euros en una cena, hasta incluso igual les parece barato, pero para una pareja joven como nosotros que viaja con un presupuesto sí lo es. Por eso nos fuimos con una sensación total de haber sido engañados y le restó valor completamente a la comida que en realidad sí nos gustó. Creo que en cuanto nos dijo que ahí no tenían menú nos tendríamos que haber levantado e ido.
27/09/2025: Uno de mis favoritos en Lanzarote, producto y servicio de calidad. Muy recomendable.