Restaurante Nube en Toro

Bonito entorno, las carnes muy buenas, a la altura del hotel. El pan deja mucho que desear, 3€ por persona por un pan incomible comparado con el resto del menú… el postre de chocolate también deja bastante que desear, sabor industrial. Sin embargo los vino, y las carnes de 10.

Excelente restaurante en entorno idílico. Personal atento y servicial . Probamos el menú terruño y cada plato sorprende en especial nos gustó el postre creme bruleé. Muy recomendable

Un gran descubrimiento junto al Spa de Valbusenda. Elegimos el menu degustacion y cada plato mejor que el anterior, platos bien elaborados y ejecutados, productos de calidad. Un gran servicio por parte de los camareros, que incluso nos atendieron y dieron mesa sin tener reserva, un gran gesto que habla muy bien del nivel del lugar. Las vistas desde la sala son espectaculares, muy recomendable la visita, no pasa desapercibido.

Hemos comido en el restaurante después de visitar la bodega y nos ha sorprendido gratamente, local elegante y bonito, la comida por línea general todo estaba muy bueno, el arroz estaba en su punto con mucho sabor, al igual que el lingote la textura y sabor perfecto. Atención correcta, calidad precio bien.

No puedo hacer fotos de lo comido pq soy un ansias, pero ahí va mi crítica. - Figón Zamorano: reinterpretado, con un triguero riquísimo y un jurel en su punto. La filo que lo envolvía crujiente y sabrosa. - Carpaccio de solomillo. Increíble, finísimo, delicioso y jugoso. Los encurtidos le hacen subir de nivel. - Bacalao Confitado: meloso, jugoso, con una cama de verduras y manitas muy sabrosa, una gelatina muy delicada -Lechazo Churro: un taco de lechazo sabrosísimo, con puré de boniato increíble y lombarda. -Creme Brulee de queso Zamorano: esto de ser diabético es una p##a mierda. Lo probé pero mis comensales coincidieron que estaba espectacular. Cremoso, en su dulzor justo. De beber, Valbusenda Crianza, vinazo increíble. Y nos invitaron a chupitos. 60€/pax Volveremos seguro a por el menú largo.

Restaurante muy tranquilo y acogedor con una atención muy respetuosa y educada y pendientes en todo momento de las necesidades de los comensales. Nos decantamos por el menú degustación y fue un acierto. Cantidades adecuadas, platos con mucho sabor pero nada fuertes. El postre muy original, pero si no eres mucho de dulce, puede resultar un poco pesado, aún así, el queso que utilizaron le venía perfecto. Sin duda un restaurante para pasar, sobre todo si quieres convertir tu experiencia en Valbusenda en una ocasión aún más especial.