03/11/2025: Muchisima gente. Comprensible...
Tomamos ensalada, de la de siempre, sin aguacate ni fresas, muy buena la cebolla y bastante rico el tomate. Morcilla, longaniza y chorizo, la morcilla exquisita. Despues, costillas a la brasa, muy buena carne, bien cortada y bien asada con sus patatas fritas...
Bien atendidos y correctos los tiempos al servir. Volveremos
02/11/2025: Antigua Casa Royo es un imprescindible en Zaragoza. Cocina a la brasa, ambiente acogedor y platos que emocionan. El pulpo sobre patatas a lo pobre es una delicia, el ternasco asado un homenaje a la tradición, y el postre con helado y salsa acaramelada, el broche perfecto. Siempre vuelvo, y de vez en cuando, quien me acompaña, desea volver. Tradición y sabor en cada visita.
A todo el personal de Antigua Casa Royo, deseo expresar mi más sincero agradecimiento por vuestra dedicación, compromiso y pasión. Cada uno de vosotros representa el alma de esta casa que Félix y sus ancestros así dejaron para la posteridad, y gracias a vuestro esfuerzo diario, ahora, Antigua Casa Royo sigue siendo un referente de excelencia, tradición y cercanía.
El otoño es ese suspiro entre la ligereza del verano y la hondura del invierno. En ese tránsito, Antigua Casa Royo se reafirma como refugio de sabores auténticos: cocina a la brasa, atmósfera cálida y platos que narran historias con cada bocado.
Pulpo a la brasa sobre patatas a lo pobre Una obra que roza lo sublime. El pulpo, tierno y con ese toque ahumado que solo la brasa sabe dar, descansa sobre unas patatas humildes pero sabias, dulces y melosas. La salsa que las abraza no compite, acompaña y engrandece.
Sorpresa con jamón y escabeche Una explosión de sabor y presentación. El jamón, de calidad excelsa, se funde con el escabeche en un juego de contrastes que despierta el paladar y deja una estela de recuerdo. No es solo un plato, es una revelación.
Ternasco asado con doble de patatas Un clásico aragonés tratado con respeto y técnica. El ternasco, dorado y jugoso, se acompaña de dos versiones de patata: la frita, crujiente y juguetona; la pobre, suave y reconfortante. Un tributo a la tierra y a sus sabores más nobles.
Y los postres, siempre dejo que sea Carlos quien me recomiende a ojos cerrados: tarta con helado y salsa acaramelada La elección infalible. La tarta, vibrante y esponjosa, se encuentra con un helado que refresca y una salsa que envuelve todo en dulzura. Es el cierre perfecto, como una caricia al alma tras una comida que alimenta más que el cuerpo.
Antigua Casa Royo no es solo un restaurante Aunque el nombre haya envejecido con gracia, el espíritu permanece joven. Es un lugar donde la tradición se sirve en cada plato, donde cada visita se transforma en recuerdo, y donde dos corazones o más encuentran siempre una historia que contar.