Restaurante Llámame Lola en Mérida

Quedamos encantados, las croquetas de secreto ibérico estaban riquísima, la morcilla de Guadalupe y el solomillo al queso también muy ricos y la tarta de milhojas es lo más de lo más , y del trato sobran las palabras, totalmente recomendable.

Todo buenísimo lo recomiendo adjunto ticket

Un lugar encantador, comida abundante y exquisita, con la agradable atención de Lola,

Platos abundantes y sabrosos , personal muy atento y agradable. Recomiendo 100%.

Sitio acogedor, tranquilo, y servicio muy atento y agradable

Llámame Lola, en la Avenida Constitución de Mérida, es una de esas joyas gastronómicas que se descubren cuando menos lo esperas. Desde el momento en que entras, se aprecia un espacio acogedor, informal pero muy cuidado: buena iluminación, decoración discreta que invita a relajarse y disfrutar sin prisas. El servicio es otro de sus puntos fuertes; el personal recibe con cercanía, se muestra atento y pendiente, lo que suma mucho para que la experiencia resulte tan agradable. En cuanto a la comida, Llámame Lola ofrece una carta variada, con platos caseros elaborados con ingredientes frescos y de calidad. Las tapas, las opciones para compartir, los platos principales y los postres gozan de reconocimiento entre los clientes. Además, las raciones son generosas, lo que le da un valor añadido al coste. Otro aspecto que merece resaltar es su versatilidad: perfecto tanto para desayunos como para comidas o cenas; ideal para un rato entre amigos, una comida familiar o simplemente para desconectar. La terraza es un plus, muy agradable en días templados. Mención especial merecen sus tartas caseras, que son toda una tentación para los amantes del dulce. Cada porción es fresca, elaborada con mimo y con combinaciones que sorprenden por su equilibrio de sabores. La tarta de queso, cremosa y con un punto justo de dulzor, es un auténtico clásico que no defrauda; mientras que opciones como la tarta de chocolate o de zanahoria se han convertido en favoritas de quienes las prueban. Sin duda, un broche perfecto para culminar la experiencia gastronómica en este restaurante.

Restaurante con un ambiente agradable, tranquilo, la comida algo justita. Nosotros pedimos dos tapas que recomiendan, tortillita de bacalao que para nuestro gusto tenía demasiado rebozado, apenas se notaba el bacalao, y el torrezno que no se puede comparar con el torrezno que puedas comer en la provincia de Soria. Croquetas de rabo de toro que sabían demasiado a bechamel, nada recomendadas y presa ibérica que no me convenció. En resumen sitio con un precio demasiado elevado para la calidad de la comida.

He ido varias veces y cada vez quedo más y mejor 😯 sorprendido!

El mejor restaurante de todos los tiempos

Raciones muy buenas, los postres caseros muy buenos y el café buenísimo , el trato de las empleadas como de la dueña excelente