Restaurante Las Musas en Campo de Criptana

Comimos 2pax : entrante Migas , luego ensalada de pulpo y entrecot. Agua, pan y dos cafés bombón, 78€. Caro. El servicio correcto,la comida muy buena , ambiente correcto.

Luces y sombras. No es excesivamente caro para lo que estamos acostumbrados, al menos en ciudad, pero hay ciertos detalles bastante feos que podían al menos decirlo antes de servirlos para tener la opción de pedirlo o no y no te lo encasqueten al final en la cuenta. Empiezan sirviéndote un aperitivo "por cortesía de la casa" y al final un postre "también por cortesía de la casa". La cortesía de la casa te cuesta 2.5 extra al final en la cuenta. Supongo que la cortesía es nuestra por pagarlo. Y luego si pides agua, te ponen la misma botella y te la van rellenando, y por cada rellenado te cobran una botella...esto me parece muy fuerte. Y la botella barata no es tampoco. Por último, fuimos con una amiga que era alérgica y la atención de una de las camareras dejaba muuucho que desear, respondiéndole mal porque mi amiga únicamente preguntaba si llevaba alguna de las cosas que le daban alergia. En fin, sitio sin más, en el que haces check una vez y ya.

Es increíble que fuera el menú ó en la carta,no haya gachas un domingo,lleno de turistas!! mis amigos de fuera se han ido sin comerlas!! Por lo demás ,no tiene ni un pero el restaurante y las vistas y el entorno imbatible !!

Increíble. Experiencia muy enriquecedora. El cordero muy rico y tierno. Volveremos sin duda.

Restaurante espectacular, muy buena comida, el jamon iberico de fabula, el resto de platos tipicos de la carta tambien, ambiente agradable, impresionantes vistas, servicio super-amable y limpieza total en todo el establecimiento. Es recomendable y esta pegado a los Molinos de Viento. Ademas pudimos comer junto a nuestra mascota en el interior del restaurante. El nivel y la calidad del producto, estan de acorde totalmente con el precio pagado.

Voy a valorar este restaurante por su menú del día que es lo que hemos comido, si bien no ofrece muchas opciones (Tres primeros, dos segundos y dos postres) los platos que hemos probado estaban más que correctos, el servicio rápido y atento y el entorno fantástico, el precio del menú 17,50 € .

Un sitio para visitar minimo una vez, si bien es cierto que siendo un lugar en un entorno apropiado, la comida (aun estando buena), no esta a la altura del precio. La atención de los camareros es muy buena, se come en un tiempo perfecto y un trato cordial en todo momento, pero insisto la comida no esta a la altura del precio.

Fuimos a comer de menú entre semana recomendados y tal vez con las expectativas muy altas, es verdad que ofrecen variedad en el menú ya que de entrantes puedes elegir entre 4 platos y de principales entre 2 o 3 según el día, postres también entre 2 y entra el agua, por 17,50€. Probamos la sopa de cocido con fideos, que para nuestro gusto era un caldo bastante claro sin a penas sabor, por lo menos entraba ligero para disfrutar mejor el segundo que elegimos paletilla de cerdo con patatas al romero, estaba muy sabroso y crujiente, pero el comer intentando que no te piquen las avispas y que las moscas no se coman el plato hizo que nos resultase imposible disfrutar de la comida y de las vistas tan bonitas desde la terraza que fue donde nos sentaron, de postre melón que estaba bueno y flan de queso curado también bien. En definitiva solo digo esto porque considero que deberían tener alguna solución para evitar ese mal estar porque personalmente nos fastidió toda la comida.

Estuvimos en este restaurante cinco matrimonios y todos los platos que pedimos estaban exquisitos, destacando unas migas insuperables y un gran bacalao confitada con pisto, el servicio muy profesional y atento. Muy recomendable.

Sensación agridulce en este restaurante. Ubicado al lado de los molinos, las vistas son inmejorables y el lugar es amplio, cómodo y de ambiente agradable. Comimos el menú del día. Sencillo pero rico, raciones escasas. Seguramente comer a la carta habría resultado mejor experiencia. La atención fue correcta, pero tuvimos la sensación de que iba todo muy rápido, como a batalla, te dejaban el plato y casi ni te miraban, nos atendieron varias personas. Preguntamos si era posible cambiar uno de los postres por una intolerancia con los lácteos y nos dijeron que en ese caso nos lo tendrían que cobrar aparte del menú. Si esa es su política no tengo nada que decir, pero la forma de responder fue bastante seca. La atención en un restaurante me parece muy importante y en este caso restó.