Restaurante El Fuelle en Zaragoza

Tuve el placer de cenar en El Fuelle en Zaragoza y la experiencia fue realmente excepcional. La calidad de la comida es de primera; cada plato fue elaborado con esmero y rebosante de sabores auténticos. Los camareros fueron amables, atentos y muy profesionales, siempre dispuestos a satisfacer cualquier necesidad con una sonrisa. El ambiente del restaurante también es magnífico: acogedor, elegante y perfecto para disfrutar de una comida o cena. Todo fue simplemente perfecto; lo recomiendo encarecidamente a cualquiera que busque una experiencia gastronómica inolvidable en Zaragoza. El único inconveniente es el precio elevado, pero para lo que ofrece, está más o menos bien.

Que un establecimiento de hostelería tenga la mitad de la plantilla hace más de 16 años, dice mucho de la honestidad de su dueño, muy simpático y atento. La comida de 10 como siempre. El sábado 9 fue el ultimo día fuimos al servicio de las 13:30 y desde que llegamos fue acoso y derribo, nos empapuzaron como a los pavos, sin respiro entre plato y plato, y encima confinados como en galeras, cada día tienes menos espacio para comer, las migas antes te ponían una cuchara ahora ni eso, el melocotón con vino demasiada canela, (no es el primer día), y las chuletillas frías y con demasiada grasa, el embutido escaso. La ensalada las olivas cada vez más pequeñas, y la cebolla brava, brava.

🍴 Reseña Restaurante El Fuelle – Zaragoza El Restaurante El Fuelle es uno de esos sitios tradicionales que forman parte de la identidad de Zaragoza. Con una decoración antigua y muy marcada por el estilo aragonés, entrar aquí es casi como dar un pequeño salto al pasado. Es sin duda una visita obligada para quienes quieren conocer la gastronomía típica y el ambiente clásico de la ciudad. 🇪🇸✨ El menú refleja esa misma tradición. El primer plato se basa en recetas muy contundentes y calientes: garbanzos, judías, potajes…, todos con sabor casero pero quizá demasiado pesados, especialmente si el día es caluroso. El segundo plato, en mi caso un codillo, estaba realmente delicioso: tierno, jugoso y con ese toque que demuestra que saben tratar bien la carne. 🥘🍖 Sin embargo, hubo un detalle que empañó la experiencia: el aire acondicionado no funcionaba bien en la zona donde nos sentaron, justo cerca de la puerta. En pleno verano, y comiendo un plato de garbanzos, la sensación fue bastante incómoda. 🔥🥵 Eso sí, hay que decir que llegamos sin reserva y aun así nos atendieron sin problema, lo cual se agradece. El personal fue correcto y amable en todo momento. ⭐ Valoración final El Fuelle es un restaurante que merece la pena visitar al menos una vez por su ambiente tradicional y su cocina auténtica. El codillo fue un acierto, pero el menú podría ofrecer más variedad y, sobre todo, deberían cuidar detalles básicos como la climatización. Valoración: 3/5 ⭐⭐⭐

He ido ya 2 veces y han sido ambas buenas experiencias. El personal se nota que es muy educado, la comida está buenísima, y el sitio está muy bien decorado. Si se busca una comida tradicional de Zaragoza vendría a este sitio. Lo único es el precio, que es un poco elevado para mí bolsillo. Pero lo que pagas está totalmente justificado con la calidad.

Nos han recomendado que fuéramos a comer y hemos salido más que satisfechos, buena comida y muy bien atendidos por Alfonso, muy amable y muy profesional

Parada obligada si pasas por Zaragoza. Mejor reserva que acostumbra a estar siempre full.

Camareros muy majos y comida rica!! Recomiendo el menú 1 degustación.

Hemos venido a Zaragoza a pasar unos días y por casualidad hemos parado aquí. La comida está brutal, super recomendable, pero si hay algo insuperable en este sitio es la atención y el trato que nos han dado, nos hemos sentido como en casa, de verdad 100% recomendable. Probad las migas y el ternasco.

Tomamos el menú de 31€, que incluye varios entrantes a compartir, un segundo y postre con bebida, hay opciones de brasa siempre, tipo chuletas de ternasco, conejo, la chacina (morcilla,longaniza,chorizo), etc, el servicio correcto, salvo que tenían prisa al final por retirar los platos, ya que venía otro turno a las 3, ya solo el local que es un museo etnológico del campo, ya merece una visita

El sitio es muy chulo. Esa mezcla entre museo y cuarto trastero, es broma. Está lleno de aperos de labranza y objetos tradicionales. Atención rápida y correcta. Compartimos varios entrantes y luego ternasco. Los entrantes normales y raciones pequeñas. El ternasco muy bien. Salimos a algo más de 30€ con vino y café.