Como nos había gustado en ocasiones anteriores hemos repetido. Hemos pedido a la cuarta porque el menú no contenía lo que habíamos pensado comer.
Entrantes muy riojanos morcilla, caparrones y croquetas, bien rico y correcto. Segundos chuletillas , 4 raciones , ridículamente pequeñas , lo que nos ha resultado en unos 96 euros, para unas minúsculas y raquíticas chuletillas. Es más honesto decir que no dispones del producto que un engaño así, por muy sabrosas que estén.
Un comedor agradable, decorado en piedra y madera, simulando una casona antigua. Fácil aparcamiento. El menú se basa en cocina tradicional, con un toque ligeramente moderno... Las raciones correctas, y el trato adecuado. Muy bien de sabor, todo muy rico, que es lo que importa. Las croquetas, impresionantes. Los postres algo más flojos. El precio adecuado para lo que ofrecen.