Restaurante El Cabo en Carboneras

Excelente lugar en primera linea de mar,. Comida de 10, diferente, atención de 10. Recomendable algo distinto en la zona, precios buenos para el tipo de comida.

Tras un paseo en bicicleta, paramos a comer en el restaurante Gurasoak y nos recibieron con mucha amabilidad. El personal fue atento y muy servicial: nos facilitaron enseguida una caja para los cascos y nos ofrecieron la opción de guardar las bicicletas de forma segura en la terraza. También nos asesoraron muy bien para elegir del menú. Tanto los platos como los vinos estaban exquisitamente preparados y eran de un sabor excepcional. Quien busque auténtica cocina española de calidad superior la encontrará aquí. Un restaurante muy recomendable que impresiona por su amabilidad, su servicio y su excelencia culinaria.

¡Una experiencia gastronómica que toca el alma! Así definiría nuestra velada en Gurasoak Espacio Gastronómico. No es solo un restaurante, es un proyecto hermanado por la pasión, donde cada detalle está impregnado de cariño y un afán impecable por excelencia. Desde el momento en el que cruzas la puerta, te envuelve una calidez familiar. Leire, al mando de los fogones, no cocina; compone sinfonías de sabor con productos de proximidad que resuenan mucho después de la última cucharada. Su hermano, en la sala, es el narrador perfecto de esta historia. Su trato es cercano, exquisito, y sus explicaciones sobre cada plato no son solo una descripción, son una invitación a entender y a emocionarse con lo que vas a probar. La experiencia comenzó con una declaración de intenciones: un croissant relleno de queso azul y sobrasada. Suena arriesgado, pero fue una revelación. La textura crujiente y mantecosa del hojaldre se rindió a la intensidad cremosa del queso y al toque untuoso de la sobrasada. Fue uno de esos bocados que, literalmente, te emocionan y te hacen cerrar los ojos para no perder ni un matiz. Lo que sigue fue un viaje de reivindicación de lo sublime en lo aparentemente sencillo. Tomamos una cebolla que se transformó en pura delicadeza, un plato que demuestra que la genialidad a menudo reside en la técnica y el respeto al ingrediente. Y luego, llegó el cordero a baja temperatura, 24 horas de paciencia y mimo que culminaron en un instante mágico: la carne se deshacía con solo rozarla con el tenedor. Una textura sedosa, un sabor profundo y limpio… simplemente inolvidable. Para terminar, una tarta de queso que es un abrazo dulce, perfecta en su simplicidad y sabor, acompañada de un vino blanco que nos recomendaron con tino, demostrando un maridaje perfecto. Y no puedo olvidar el pan, un elemento fundamental que aquí es tratado como la joya que es: totalmente tradicional, con carácter y hecho con el mismo esmero que el plato más complejo. Gurasoak es más que un restaurante, es un lugar donde se percibe la ilusión en el aire, donde el trabajo bien hecho y el amor por la gastronomía se convierten en una experiencia global. Se nota que están construyendo algo importante, con la determinación de convertirse en un referente icónico. Y después de vivirlo, no me cabe la menor duda de que lo van a conseguir. Gracias, Leire y equipo, por una de esas comidas que no se olvidan. Por recordarnos que detrás de los grandes sabores hay siempre grandes personas. Volveremos, sin duda.

Visité Gurasoak en Carboneras y fue una experiencia gastronómica sobresaliente. Empezamos con una alcachofa perfectamente cocinada: tierna, sabrosa, con un punto delicado que la hacía destacar como entrante. Luego probamos el carpaccio de atún: un corte finísimo, de sabor puro y tratado con gran respeto, que demuestra la calidad del producto. El plato de puerro y alcachofas fue otra maravilla: la combinación resulta fresca pero contundente, con texturas que funcionan de forma armoniosa. Y para cerrar: la tarta de queso. Suave, cremosa, con la medida exacta de dulzor, ese final dulce que no empalaga. El servicio atento, el ambiente agradable, el local con buena luz, sensación de calma y vistas al islote de San Andres. Sin duda, recomiendo Gurasoak para disfrutar de cocina cuidada. Volveré.

¡Excelente comida y servicio! Alta cocina junto al mar. Por favor, contraten a otro camarero. El de aquí es brillante, educado, etc., pero no puede atender todas estas mesas solo.

El servicio impecable y la comida muy rica. Especialmente la tarta de queso y el atún rojo.

El mejor restaurante de toda Almeria, la comida, los sabores, el cuidado al producto y al comensal, de verdad mejor imposible. Gracias Nono y Leire la experiencia no tiene comparación. Volveremos con hambre seguro

La comida espectacular en un lugar privilegiado al lado de la playa, un sitio con gusto y con el personal cercano, amable y atento, un gusto para todos los sentidos

Fuimos dos personas a comer al Restaurante Gurasoak en Carboneras y la experiencia fue sencillamente espectacular. Desde el primer momento sentimos que estábamos en un lugar especial, no solo por la ubicación frente al mar —con unas vistas magníficas— sino también por la cuidada decoración del local, que presta atención a cada detalle (desde cestas para guardar pertenencias hasta juguetes para los más pequeños y productos de higiene en los baños). En cuanto a la comida, comenzamos probando varios entrantes que nos sorprendieron de principio a fin. Las croquetas fueron un acierto absoluto: cremosas, sabrosas y con una textura perfecta. Otro entrante que nos dejó maravillados fue el croissant relleno de queso azul y sobrasada con miel, una combinación atrevida que logra un equilibrio exquisito entre lo dulce, lo salado y lo intenso. El carpaccio de atún merece una mención especial: a mi pareja normalmente no le gusta este plato, pero aquí le encantó gracias al tiempo de marinado y al toque de la salsa de pistacho, que lo elevan a otro nivel. Igualmente, el plato de chistorra y huevo no solo destacó por su sabor, sino también por su original presentación, que consigue fusionar los sabores de una manera única. Otro entrante que nos sorprendió gratamente fue la gilda Gurasoak: siendo vascos, pensábamos que ya conocíamos este bocado a la perfección, pero nunca habíamos probado una versión tan especial y bien ejecutada como la de este restaurante. Para el plato principal nos dejamos aconsejar con la carne, y fue todo un acierto: jugosa, tierna y con una calidad excelente, se cortaba casi sola. Y para finalizar, probamos la tarta de queso estilo La Viña, que nos sorprendió mucho: tenía un toque especial que la diferenciaba de todas las que habíamos probado antes, un broche perfecto para una velada inolvidable. No podemos dejar de destacar la profesionalidad de Antonio, el jefe de sala, siempre atento, cercano y dispuesto a explicarnos con detalle la elaboración de cada plato. Y, por supuesto, la chef Leire, que nos dejó sin palabras con su creatividad y capacidad para convertir incluso las propuestas más sencillas en algo único y memorable. En definitiva, el Restaurante Gurasoak es un lugar donde la gastronomía de autor se encuentra con la tradición vasca, reinterpretada con una personalidad sorprendente. Un espacio donde se disfruta no solo de la comida, sino también de la atención, el ambiente y las vistas frente al mar. Sin duda, una experiencia que repetiremos y que recomendamos a cualquiera que quiera descubrir sabores conocidos, pero llevados a un nivel completamente nuevo.

Sin lugar a dudas si disfrutas comiendo tienes que visitar este local. Lee la carta y pide lo que quieras… acertarás! El jefe de sala es un tipo muy simpático y atento. Se le nota que le gusta su trabajo, se agradece encontrarte personas que disfrutan haciendo su trabajo.