Restaurante Casa Masip en Ezcaray

Estuvimos en el bar, donde está la barra y algunas mesas, pero me pareció escuchar que también tenían restaurante. Tomamos caldo, una tapa de morcilla de Ezcaray,nubarrones ensalada de tomate y bonito y chuletas. Postre natillas caseras. Todo delicioso. La atención buenísima y rápida. Lo único el espacio. Entre los que toman algo de pie y las mesas apenas hay espacio, pero, la verdad, estuvimos muy agusto. Reservamos el día de antes por asegurarnos mesa, pero parecía que iban dando según veían posibilidad cuando entraban. 100% recomendable.

El huevo delicado y deliciosamente rebozado con bechamel

Un lugar con encanto, buena comida y buena atención. La comida espectacular nos pedimos el estofado de ragut de ciervo acompañado de pasta fresca y trompetas de la muerte. La carne exquisita y la pasta espectacular tanto que se merece hasta probar un plato aparte solo de pasta. De postre pedimos tarta de chocolate,la cual estuvo correcta pero no tan espectacular como sus buñuelos recién hechos. También tiene un menú del día que tiene buena pinta y que habrá que probar otro día.

Magnífico restaurante, con gente muy profesional al frente y una cocina fantástica. Carta amplia con sabor a la tierra y elaboraciones actualizadas, buena carta de vinos y un maître con dotes de sumiller. Postres de categoría y Precio muy razonable. Recomendado.

platos e temporada cocinados de forma excelente, calidad precio un sitio inmejorable, alcachofas, carne, pescado... todos los platos merecen la pena probarlos

Muy lentos , pasaron casi 20 min del primero hasta el chuletón. Las croquetas muy normalitas, la torrija 11 €... un robo para lo pequeña que es y seca. El chuletón estaba bien , pero también esperando para traer las piedras que no calentaban ni dos minutos..

Experiencia muy recomendable. Carta amplia y amplia bodega.

Se come muy bien y son muy amables

Escribo para mostrar mi agradecimiento a Casa Masip por abrirme los ojos y enseñarme que en Ezcaray hay otros sitios tan maravillosos, si no más, que este restaurante, que hasta la fecha era nuestro punto de encuentro cada 5 de enero en la Víspera de Reyes. Pedí 15 minutos de cortesía por asuntos familiares. Se negaron. Nos presentamos a la hora reservada: 14:00 horas. Y a las 15:10 horas nos arrojaron la nota: «La cuenta, que necesitamos la mesa, gracias». Previamente el camarero había sido adiestrado por el responsable del Masip, Pedro, que de impecable blanco, había recogido uno de los platos y de vuelta había ordenado: «La nota y recoge la mesa». Hicimos ‘sobreacera’, porque la sobremesa fue imposible y ahí descubrimos otras maravillas que posee Ezcaray. Hay que ver cuánto juego dan unos riquísimos caparrones, cada vez más escasos, y un buen empujón. Saludos agradecidos a Pedro y a toda la familia Masip, cuya afable sonrisa sólo pudimos ver de soslayo. La cita del próximo 5 de enero volverá a ser en Ezcaray, desde luego, pero con una casa menos en la cabalgata porque, como suele pasar en cualquier ‘Belén’ , se nos ha roto al recogerla

Hemos ido 25 personas a comer y nos han atendido con una paciencia y un cariño infinitos. La comida es sobresaliente también. Merece mucho la pena este restaurante ya que la relación calidad precio es excelente. Seguiremos repitiendo todos los años.