Pedimos la primera pizza para llevar porque el olor nos llamó la atención al pasar.
En definitiva, la mejor pizza que hemos comido en mucho tiempo.
Fuimos nuevamente al restaurante a cenar al día siguiente, todos comimos platos diferentes y todos quedamos muy satisfechos nuevamente.
El camarero fue muy amable y bromeó con nosotros, y al final también nos ofrecieron licor de limón casero.
¡Definitivamente muy recomendado!