Narea Restaurante en Sanlúcar de Barrameda

La comida es sencillamente increíble… la combinación de sabores, la cuidada presentación y la experiencia hacen que merezca la pena la visita. El servicio también fue excepcional; quizá pocos lugares en Vejer ofrecen esta combinación. Algunos detalles a tener en cuenta: muchos platos de la carta no estaban disponibles, pero, por otro lado, varias opciones del menú del día eran muy recomendables. Otro aspecto a considerar es la música ambiental… un lugar elegante a los pies de las murallas de la ciudad merece una mejor selección musical. Son pequeños detalles que harían que el lugar y la experiencia fueran perfectos. ¡Sin duda merece la pena visitarlo!

Cuando algo es elevado, las palabras sobran. Poco más que decir salvo gracias. Experiencia increíble

Un sitio precioso, nos ha sorprendido todo, la comida excelente, platos súper bonitos, con unos sabores y matices fuera de lo normal ....Mejor no decir lo que hemos comido para mantener la sorpresa ....aunque creo que pidas lo que pidas estará rico ....eso seguro ....

Una cena realmente espectacular. Una auténtica sorpresa por la calidad y singularidad de los sabores. Totalmente recomendable.

La noche de ayer fue sencillamente increíble y especial. Mi esposa y yo decidimos cenar en Narea, un restaurante con un encanto especial, situado en la Corredera de Vejer de la Frontera, con unas vistas espectaculares de la campiña de la Janda. La zona del jardín, donde estuvimos cenando, respiraba tranquilidad, atmósfera única para disfrutar lo que venía a continuación. Comenzamos con un puerro ahumado que llegó acompañado de pesto rojo, una espuma de burrata y mortadela de Bolonia. Una combinación perfecta de cremosidad y sabor. No se cómo harán la espuma de burrata, pero es increible. Luego, las croquetas de kimchi con pastrami de vaca retinta casero fue una explosión de sabores que no esperábamos, se deshacía literalmente en la boca. Hay que comerla de un bocado para disfrutar plenamente del plato. El choripán de presa ibérica con pan de brioche fue otro de los grandes aciertos de la noche. Creo que es uno de los platos estrella, y no me extraña. El pan brioche, suave y dulzón y el chorizo criollo casero combinaba a la perfección. Para seguir, la raya en manteca colorá me encantó, el pescado está hecho a baja temperatura y bañado con una salsa holandesa, mientras que mi esposa degustó el lomo negro de atún a la brasa con puré de coliflor tostado estaba perfectamente equilibrado y delicioso. Este último fuera de carta. Para el postre, nos decantamos por el cremoso de coco y yuzu, con mango, maracuyá y hierbabuena. Untuoso, equilibrado, fresco y con un toque cítrico perfecto como cierre para una cena memorable. Durante toda la cena estuvimos perfectamente atendidos por el personal del restaurante, siempre atentos a que no nos faltara bebida y expicando perfectamente cualquier duda que nos pudiera surgir con los platos. En resumen, la experiencia fue redonda. Además, es de esos sitios que, sin saber por qué, en el momento que traspasas la puerta de entrada y te acompañan a la mesa, sabes que vas a vivir un experiencia increible. Y así fue. El local, las vistas, el servicio y, por supuesto, la cocina, todo fue de 10. Sin duda, un lugar para recomendar y al que volveremos en cuanto tengamos ocasión.

Sorprendente! Elaboración, calidad de producto...

Este pasado Julio tuve la suerte de disfrutar de la propuesta de Narea, en la Corredera de Vejer de la Frontera. Un restaurante reciente en singladura pero que ya atesora un sol Repsol ( y no será el último). Una propuesta donde he destacar la Raya en manteca colorá, plato sublime en sabor aunque a simple vista la presentación del plato pueda parecer en exceso simple. Les deseo muchos éxitos y les prometo una nueva visita.

Muy rico todo. El camarero un poco pedante y el sitio precioso. Carete, pero lo vale.

Muy buen producto, buena disposición del personal y buena cocina, el local es tranquilo y acogedor.

Una experiencia deliciosa de principio a fin. Cada plato transmite cuidado, técnica y una sensibilidad especial que no se encuentra todos los días. El ambiente es íntimo y elegante, y el servicio acompaña sin invadir. Se nota que hay una historia y mucho amor detrás de esta cocina. Un lugar al que sin duda volveré.