Mus Patisserie en Besalú

Muy buen cafecito, muy buena oferta. El local es ideal

He estado allí dos veces y las experiencias fueron realmente extremas. Una cosa es segura: ¡la comida está deliciosa y el ambiente es increíble! La primera vez fue excelente, buen servicio. Nos atendió un camarero muy amable que se aseguró de que estuviéramos contentos y satisfechos. La comida estaba increíble. También vi comentarios sobre el precio: un producto de calidad cuesta más, y así es la situación; quien quiera un producto de mala calidad debería ir a otro sitio. La segunda vez, la camarera que nos recibió fue simplemente desagradable. La busqué durante 20 minutos para pedir un segundo café y simplemente me di por vencida. La comida y los cruasanes estaban muy ricos, pero... ¡Nos dieron trufas con moho y podridas! En este sentido, el lugar está en ruinas; es imposible que algo así pase. Probablemente no pagamos por ellos, pero en realidad no nos ofrecieron una compensación por esta experiencia; pagamos por lo que consumimos y simplemente se llevaron la comida podrida, dijeron "lo siento" y punto. Realmente esperaba una compensación, al menos que dijeran que la comida era suya; después de todo, era comida con moho y podrida, un problema sanitario para el restaurante, lo cual es grave, pero no, así que di las gracias y nos fuimos. ¿Volveremos? No estoy seguro, porque la verdad es que me decepcionó la falta de responsabilidad. Por otro lado, podría ser que fuera un problema momentáneo. Pero asumir la responsabilidad es una cuestión de la naturaleza del lugar y del dueño, y no de la calidad del servicio, el producto o el ambiente. Ya veremos qué pasa en el futuro.

Una pequeña joya, un lugar tranquilo y cuidado, a medio camino entre un acogedor salón y una biblioteca. Pasteles originales y deliciosos.

Es fantástico, delicioso, profesional y limpio, con un ambiente encantador. El personal es atento, amable y rápido. Hay una gran variedad de aperitivos, y aunque los precios están un poco por encima de la media, sin duda merece la pena. También disfruté mucho de la música. Está céntrico, cerca de la Plaza del Sol.

Nos tomamos un café helado, con un sabor increíble en un lugar de remanso de paz en medio del centro de Madrid.

Pasteles riquísimos y un buen café Está entre los mis preferidos cada vez que vengo a Madrid

¡La mejor pastelería de Madrid! Ana, la dueña, está ahí todos los días, asegurándose de que el lugar funcione a la perfección con su personalidad amable y cálida. Su marido se formó en Le Cordon Bleu y tienen una gran selección de panes, pasteles, postres, galletas, huevos y sándwiches, ¡y todo está delicioso! ¡Su hojaldre de pistacho me robó el corazón! Uno de los lugares que más echo de menos de mi viaje es este. ¡Si alguna vez vivo en Madrid, trabajaré aquí!

¡Esta panadería es una visita obligada! Los dulces son increíbles, con una enorme variedad de opciones frescas y deliciosas. El personal es amable y hace que cada visita sea especial. La tienda es limpia, acogedora y perfecta para darse un capricho dulce. ¡Estoy encantada de haber encontrado este lugar y lo recomiendo encarecidamente a todos los golosos!

Descubrimos la pastelería por casualidad, y enseguida nos dimos cuenta que estábamos en un sitio top. No veníamos con intención de nada más que un desayuno sencillo, dos croissant, un café con leche y un latte de pistacho impresionante. El café normal era muy top y el croissant denso, crujiente pero suave en boca. La atención muy correcta y el local amplio y tranquilo. Sitio que si o si nos tocará repetir para probar su pastelería.

Una muy buena cafetería pastelería ubicada en el centro de Madrid. Panes y dulces tienen una calidad excelente y son de elaboración propia artesana y diaria. Sirven también comida salada de la que no puedo opinar. Los cafés e infusiones están muy bien elaborados. Y todo en un local precioso, que pasa por encima de la muralla antigua de la ciudad, amplio y encantador. El servicio es muy atento y personalizado. Los dueños del local atienden el negocio y resultan adorables. Los precios no son económicos... porque no pueden serlo.