12/07/2025: Tenía pendiente visitar esta taberna y que mejor excusa que querer probar su chuletón junto a alguno de sus entrantes.
La entrada al restaurante es discreta y accedes directamente al salón donde disponen de mesas y una barra, en la cual no hay mucho espacio para tomar algo de pie ya que se entorpecería el paso de la gente.
La decoración es simple, no hay mucha pero se siente acogedor.
El servicio fue muy amable en todo momento (no hay mucho volumen de clientes, como dato a tener en cuenta) e incluso nos ofrecieron poder sentarnos antes de nuestra hora de reserva.
El servicio en cocina fue muy bueno con los tiempos para ir sacando los platos, que fueron llegando uno a uno a la mesa con tiempo entre ellos, para poder disfrutarlos sin prisa, y para que no se acumulasen entre ellos.
Dispone de una carta con opciones de bocado y platos a compartir para abrir boca, pasando por carnes y pescados (estos últimos con únicamente dos opciones).
En nuestro caso, queríamos degustar el chuletón de kilo que piden RESERVAR CON ANTELACIÓN y varios entrantes.
Para compartir a modo de entrante elegimos:
- Nem Ram (Rollito de papel de arroz con cerdo ibérico y verduras), constaba de 2 unidades con un sabor exquisito en su relleno, ligeramente dulce y acompañado por unas perlas de mayonesa que no eran nada necesarias.
- Pan Bao de longaniza aragonesa y mayonesa coreana, la cantidad de longaniza es generosa y está rica, pero la mayonesa no tenía nada de coreana ya que sabía cómo una mayonesa normal y corriente. Se queda en un plato más y nada especial.
- Manhattan de croquetas (Jamón ibérico y risotto de setas, acompañadas de crema de queso artesano el Radiquero), el interior en ambas croquetas era cremoso pero el rebozado se separaba un poco de la masa. Eché en falta un poco más de queso, ya que solo te lo encuentras cuando acabas las croquetas y en muy escasa cantidad.
- Txuletón de vaca vieja y gorda TXOGITXU de 1 Kg a la piedra con patatas y pimientos. Reposado 2 horas a temperatura ambiente. Este fue el motivo de nuestra visita y aquí si tengo sentimientos encontrados… Primeramente, no te enseñan la pieza ni te la pesan delante (debes confiar en que cumplen lo que prometen), la sacan marcada para que tú la acabes en la mesa en un plato de piedra que van cambiando cuantas veces necesites (punto a favor para que cada uno elija su punto), la carne estaba muy tierna, era fácil de comer, NO ES MADURADA y el sabor era inexistente, no nos supo ni a vaca ni a nada lo cual fue una gran decepción ya que íbamos por la carne, finalmente la sacaron fría… Si la marcas justo antes de sacarla, por si el comensal quiere poco hecha la carne, se la come ligeramente atemperada, pero en este caso era demasiado templada. La guarnición era correcta, las patatas algo secas pero son caseras y los pimientos estaban buenos.
- Tarta de queso casera con queso artesano Radiquero con culis de frutos rojos, SENSACIONAL. La apariencia ya prometía, agradecimos enormemente que el culis estuviese a parte porque el sabor era de otro mundo y no necesitaba ese extra. Suave, cremosa, con sabor a queso de cabra… Una tarta de queso, QUE SABE A QUESO!
Como resumen de la calidad/precio, quitando el detalle de la carne ya que no son un local exclusivamente dedicado a las carnes, me parece un ticket medio correcto. Si volviese optaría por otras opciones de carta, pero lo que recomendaría sin duda son los entrantes y como broche de oro esa tarta de queso.
05/07/2025: Excelente relación calidad-precio. Cocina refinada y sabrosa. Entorno agradable y tranquilo. ¡Un lugar fantástico para alojarse!