“El Terrazas”. Solo pronunciar este nombre genera una profunda nostalgia que inunda mi ser.
Aún recuerdo aquellas maravillosas tardes con mis amigos pimplando tercios y pacharanes con naranja acomodado en una de sus incomodísimas sillas de metal. Por supuesto, siendo menores de edad, lo que supone una infracción administrativa para el negocio, que podía perfectamente asumir la cuantía de dicha sanción gracias a sus elevados niveles de venta. Este fenómeno, en el Derecho Administrativo sigue suponiendo una gran problemática, permitiendo que los infractores continúen cometiendo hechos ilícitos dado que el beneficio obtenido gracias a estos supera, con creces, las sanciones económicas correspondientes.
Este imperio se levantó de la mano de Juan I y de su mujer, Jorge. Supongo que su mujer se llama Jorge porque un día la llame así y vino a atenderme. Acerté.
Sucesivamente, se han ido alternando los dueños del negocio, dando paso en años posteriores a los mandatos de Juan II y de Juan III. Ninguno de ellos llegó al nivel de explotación infantil al que llegó su predecesor, quien empleaba a sus hijos para todo tipo de tareas mientras él, fumándose un pitillo, miraba hacia el horizonte, sonriendo como si agradeciese esta oportunidad que la vida le había brindado en Occidente.
Tristemente, uno crece y deja de acudir a aquellos emblemáticos lugares donde acudía de más joven. También es mi caso. No obstante, siempre recordaré ese suelo cubierto de cáscaras de pipas que te dificultaban los andares, como si de caminar sobre velcro se tratase. Cómo olvidarme de aquel interruptor del baño, que iba perdiendo piezas con el transcurso de los usos, hasta el punto de tener que orinar con una mano y sujetar la puerta con la otra, como mendigando un rayo de luz que me diese la esperanza de salir del excusado sin tener los pantalones chorreando.
Poco más que añadir, uno de los lugares más históricos de la Azucarera. Nadie supo jamás como lograron esquivar las inspecciones de Sanidad y de Trabajo y Seguridad Social, quizás ahí se esconda el secreto de estos últimos cambios de mandato y gestión.
Pd: Guarda una gran rivalidad productiva con un local sito en la calle paralela, coloquialmente conocido como “La Rosa”. Ambos negocios han protagonizado durante los últimos años una intensa carrera en la utilización de mecanismos de explotación infantil. Ni siquiera la carrera espacial entre EEUU y la URSS llegó a tanto.
Alejandro Gibanel
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24 Junio 2024
6,0