La Taberna de Mike Palmer en Málaga

Un sitio super tranquilo, acogedor, con decoración bonita y en el que se come muy a gusto. Está “en medio de la nada”, y eso lo hace especial. La comida está riquísima y acompañan con buen vino. Imprescindible: la tortilla al whisky

Probablemente lo que más destaca de este sitio es su carta que cambia casi a diario y según temporada. Acompañada de una carta de vino espectacular es un sitio ideal para disfrutar de una comida o cena diferente y fuera de lo común. El sitio tiene mucho encanto y transmite mucha paz. Sin duda es un sitio que hay que probar en Malaga.

Comida muy sabrosa, servicio increíblemente bueno. ¡Vale la pena!

Calidad y precio no equilibrado

Ambiente relajante rodeado de naturaleza. Es un restaurante dentro de un centro ecuestre y cercano a la ciudad de Málaga. Servicio atento. Carta de vinos con gran calidad y diversidad. En cuanto al estilo de la cocina (comida), puedo catalogarla como contemporánea y sin pretensiones, con reminiscencias de raíces tradicionales (cocina de las abuelas) excelencia en la ejecución, hecha con rigor, pasión y sobre todo de gran calidad (materias primas) y presentación! Disponen de menú fijo además de otras soluciones diarias. A destacar... el pan que ponen en la tapa también es fantástico!!!

Increíble, limada terraza cerca de un establo en un ambiente natural y fresco, por favor probar la morcilla de hígado y la carne madurada con tuétano. Servicio super profesional y super rápido. Gracias por la atención.

La comida fue excelente en general, pero la experiencia se vio socavada por el mal servicio. Lo más destacado de la comida fue el rabo de toro cocido a fuego lento, que estaba súper tierno y suave, se desprendía del hueso con ricos sabores, toques de pimienta y una deliciosa salsa mantecosa. Las patatas fritas que las acompañaban estaban bien sazonadas con toques de romero y nada grasosas. La tortilla de whisky también estaba deliciosa, con una salsa única que tenía toques de cáscara de limón, pero podría haber sido condimentada un poco mejor. La berenjena estaba fresca pero le faltaba condimento y sabor y podría haberse horneado por más tiempo. El ambiente era agradable, con un lindo patio rústico. Lamentablemente no hay vistas de las montañas circundantes. El servicio estuvo por debajo del promedio y afectó la experiencia general. Fue inútil y un poco grosero y definitivamente no está orientado al cliente o al servicio. En primer lugar, no tienen menú en inglés, lo cual era extraño e inusual dado el gran número de clientes que claramente eran turistas (todos los demás restaurantes de Málaga tenían un menú en inglés). Cuando le pedimos a nuestro camarero que nos guiara a través del menú ya que no podíamos entenderlo, parecía de mal humor y molesto. Solo tradujo los tres elementos más solicitados del menú, dejándonos completamente a oscuras sobre lo que contenía el resto del menú. Cuando le pedimos que recomendara otros platos, se mostró desdeñoso y se negó a ofrecer recomendaciones, diciendo que era una cuestión de preferencia. Más tarde pareció animarse en lo que respecta al postre, explicándonos y traduciendo cada elemento del menú del desierto en un inglés excelente. Claramente tenía las habilidades para brindar un servicio al cliente decente cuando le apeteciera. Se necesita un servicio mucho más consistente para hacer de este restaurante una experiencia más placentera.

Experiencia sobresaliente en este restaurante, apartado de la ciudad, en el que se respira un ambiente muy tranquilo, sin bullicio. El local es interesante, una terraza amplia, con gran espacio entre mesas, que en noches de buena temperatura apetece. El edificio tiene gran encanto, nos hace recordar a algún tipo de caballeriza reformada en restaurante, que le da ese toque rural, aunque estemos a pocos kilómetros de la urbe. El servicio fue muy profesional, eso sí, muy distinto entre las dos personas que nos atendieron. Por un lado, persona joven, muy cercana y amable y dando un gran servicio. Por otro lado, persona más veterana, más distante, pero igual de profesional, advirtiéndonos de que lo que pedimos era mucha cantidad, cosas que yo personalmente valoro mucho y me parece de un trato sobresaliente apuntarlo hacia el cliente. La comida toda exquisita. Muy buena ensaladilla rusa, distinta, eso sí, el laurel está muy presente en ella. Sobresaliente magret de pato, bien cocinado y de gran calidad. Notable ese flan. Pero si hay algo que debe tener una mención aparte son los mejillones en gazpachuelo, ya que es un plato que repetiría setentamil veces si me fuese posible. Las cantidades son generosas, cosa de la que dudaba por tantos comentarios contrarios que había leído y se demostró que no eran ciertos. Disponen de una buena carta de vinos con referencias interesantes, tanto nacionales como internacionales. Lugar al que regresaré sin duda, ya que me ha parecido un restaurante en el que tener una velada muy tranquila y en la que encontramos buena mesa.

Todo estupendo. El sitio es muy tranquilo y la comida estaba riquísima. El rabo de toro y la carrillada al curry nos encantó.

Un sitio encantador en medio del monte , mucho gusto en la decoración y servicio increíble . La comida está muy buena y se nota que es de calidad . Tiene una carta de vinos de gran calidad . Recomendable para degustar comidas de calidad