¡Cada cóctel estaba hecho con cariño! Santiago, el camarero, siempre tenía una sonrisa y era rápido. Tamaño perfecto y excelente relación calidad-precio.
Las bebidas estaban bastante buenas y el ambiente también, pero el camarero podría haber sido un poco más amable. Al principio, cuando queríamos echar un vistazo a la carta con tranquilidad, parecía estar en nuestra mesa cada 10 segundos, lo que nos puso nerviosos. Hay más de 80 cócteles, así que tardamos un poco en leer lo que contienen. Tardamos unos buenos cinco minutos, y aunque dijimos "solo un minuto", estuvo en nuestra mesa al menos siete veces durante ese tiempo.