La Ontina (NH Gran Hotel) en Zaragoza

Fui con mi esposa a celebrar nuestro aniversario ya que elegimos el gran hotel para nuestra boda. Si bien es cierto que había unos años que no iba. Me quede con un sabor agridulce ya que el concepto ha cambiado completamente. Llame un jueves para el sabado y me ofrecieron varias opciones lo que ya me resultó extraño para el que fuera una referencia de elegancia. Cuando llegue observe con asombro que ha quedado reducido a lo que ellos llaman gastrobar. La carta es una suerte de quiero ser y no puedo de platos de baja calidad servidos con una presentacion como si aquello fuera una delicatessen. Abunda el producto barato en las elaboraciones con repeticiones y aun precio muy por encima de lo ofrecido. Se nos intento explicar el cambio pero creo que queda la evidencia de que el maquillaje se resquebraja. Una pena ya que representa un momento especial pero si no cambia no es lugar para volver

Me da pena, porque es un sitio que me gustaba bastante, pero en los últimos años ha ido perdiendo de manera lenta pero constante. El lugar es muy chulo, sobre todo si la comida es en alguno de los salones del Gran hotel. La comida está bien, pero las raciones son cada vez más escasas y los precios cada vez más altos. En mi última visita, de entrante nos pusieron una gioza diminuta (nada que ver con el foie que ponían hace tiempo), unas láminas de bacalao que estaban buenas pero en una ración muy pequeña y un codillo que en realidad era medio codillo. El postre, otro trocito diminuto de tiramisú. Todo estaba bueno, pero muy poca cantidad. El vino te lo servían los camareros, pero tenías que ir pidiendo que te rellenaran la copa porque si no, no lo hacían (no sé si para que consumiéramos menos vino). Todo esto por 44 euros me parece muy caro. El servicio amable, pero metiéndonos prisa para que nos sentáramos cuanto antes y no nos alargáramos al terminar. En resumen, una pena porque han ido bajando el nivel, disminuyendo la calidad y cantidad, supongo que por querer mejorar la rentabilidad.

Estuvimos haciendo una celebración familiar con 33 personas. La atención para prepararlo fue excepcional y el servicio a lo largo del evento muy bueno. Los camareros muy atentos y Mónica, la encargada de prepararlo, siempre pendiente de todo. Muy contentos también con los pequeños detalles. El menú estaba buenísimo, muy bien medidas las cantidades. Carpaccio, empanadilla, timbal de verduras con huevo poché y bacalao o carrilleras. Todo delicioso. Volveremos!

Un sitio majo para comer, pero la comida no llega a ser .... Algo espectacular. No puedes poner centolla gratinada en la "concha" de buey de mar. De todas formas, buen ambiente, amables, rápidos y serviciales. Repetiremos a ver si tenemos mejor día!!

Celebré la comunión de mi hija recientemente y no pudo ser más perfecta. El personal es encantador y súper atento, empezando por Mónica Bergés y siguiendo por toda la plantilla de camareros que nos atendió. El salón precioso, decorado con mucho gusto. La comida excelente, como siempre. Soy clienta habitual y lo seguiré siendo. No puedo recomendarlo más.

¡Maravilla de evento! Somos clientes habituales de La Ontina y en este caso nos ha tocado ir de comunión al Gran Hotel. Todo fantástico y para fantástica Mónica: cualquier evento o cualquier momento para compartir con amigos es siempre mejor gracias a ella que nos trata de maravilla. Es un encanto y se supera cada vez. Volveremos siempre. Gracias por todo, Mónica.