La Bodega del Pintor en Mijas

¡Sin palabras! Animado, buen servicio y buena comida. Hemos estado aquí hace dos años y nos encantó. Comido tres veces y cada uno fue genial. ¡Cálidas recomendaciones!

Una bodega acogedora, con comida muy variada y casera para cenar, comer o tapear.

Un pub con ambiente tan acogedor y con mucho carácter. Solo tomamos unas copas, pero la comida en otras mesas se veía absolutamente deliciosa. Los vinos eran buenos, el servicio excelente, en general, un lugar estupendo. ¡¡Volveremos!!

Un lugar muy acogedor y con mucho ambiente. Lleno de gente local y turistas. Comida excelente y precios muy razonables.

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Increíble !! Súper barato y para 4 personas y unas 5 comidas redondeó a 36€. ¡El personal fue muy amable! Era un ambiente muy confortable. La comida es deliciosa. Recomendar !

Barra relajada. Gran servicio. No comí, por lo tanto, no hay estrellas para la comida. Gran percha para observar a la gente.

Es muy acogedor y ambiente agradable, buena comida y una decoración preciosa muy típica Andaluza, mis amigos y yo lo frecuentamos mucho, unos de nuestros lugar favorito en el pueblo, me encanta cuando hay ambiente musical 😊💃🍷

La Bodega del Pintor en Mijas Pueblo es un lugar lleno de encanto, arte y buen vino. En cuanto entras, te recibe una decoración que parece sacada de un museo bohemio, con cuadros por todas partes y un ambiente relajado. Pero lo que realmente marcó mi visita fue una escena digna de película surrealista.Mientras disfrutaba de una copa de vino tinto y unas tapas de jamón serrano, noté que en una esquina del local había un grupo de personas muy concentradas alrededor de un caballete. Pensé que estaban admirando alguna obra maestra, pero no. Al acercarme disimuladamente, descubrí que estaban pintando un retrato colectivo… ¡de una copa de vino! Cada uno aportaba un trazo diferente mientras discutían si el vino debía tener “más cuerpo” o “menos sombra”. La situación se volvió aún más extraña cuando el camarero se unió al debate y dijo: “El vino no solo se bebe, también se siente”. Acto seguido, las luces del local parpadearon como si el espíritu de algún pintor famoso estuviera aprobando la obra.Dejando las sesiones artísticas aparte, la comida fue espectacular. Las berenjenas con miel eran pura poesía y la tabla de quesos parecía seleccionada por un sommelier celestial. Sin duda, La Bodega del Pintor es el lugar perfecto para disfrutar de buena comida, buen vino… y presenciar cómo el arte cobra vida en las formas más inesperadas. ¡Recomendadísimo para amantes del surrealismo y las tapas!

Hemos ido dos veces en pocos días, porque el primer día nos sorprendió gratamente. Pero el último nos defraudó con la carne a la parrilla. Un plato de costillas y otro de secreto, ambos pasado de más, negros y secos, secos. Las peores costillas, que he probado. Una verdadera lástima. Porque la atención es muy buena y el primer día todo fue espectacular. Nos dejó un sabor agridulce. Precio correcto.