Hacienda de La Marquesa en Arucas

Increíble. Remanso de paz y naturaleza. ¡Pide cita en el jacuzzi! Merece mucho la pena

Un hotelazo. Por su tranquilidad, la amabilidad de su personal. El enclave. Las habitaciones, la paz que allí se respira. Y no voy a dejar pasar la profesionalidad, el buen hacer, la excepcional atención de la camarera del servicio de desayunos. Qué sra. tan educada, tan servicial!!!! Soy Esther, la sra. a la que atendió tan bien en cada desayuno, recordando el segundo día, tener ya la leche desnatada y mancharla de café. Hay que dar la enhorabuena a profesionales, q como Vd. ha sabido tratar tan bien a los huéspedes. Y darle las gracias x su detalle en la despedida!!! Creo que se llama Aurelia. Con el pelo canoso, como yo! Agradecer tb la simpatía del sr de recepción que nos recibió el primer día y q ante cualquier solicitud, atendía de maravilla. Con un personal así, uno se siente en el paraíso! Lugar muy, muy recomendable!!! .

Una experiencia inolvidable en un remanso de paz Nos alojamos en La Hacienda del Buen Suceso y no podemos estar más satisfechos. Desde nuestra llegada, el trato fue excelente: Rodolfo, en recepción, estuvo siempre muy atento y amable, resolviendo nuestras dudas con profesionalidad y cercanía. En el restaurante, Leo, el responsable, nos ofreció un servicio impecable, siempre pendiente de cada detalle y con una atención exquisita. El entorno es simplemente maravilloso: tranquilidad absoluta, naturaleza y unas instalaciones muy cuidadas que invitan al descanso. Es el lugar perfecto para desconectar del ritmo diario. Sin duda, volveremos. Totalmente recomendable para quienes buscan calidad, atención y un ambiente único.

No nos alojamos, fuimos de brunch

Un tranquilo oasis de bienestar entre plantaciones de plátanos. Lamentablemente, la piscina estaba en obras durante nuestros dos días, así que no pudimos usarla. Una pega es que el bar no abre hasta las 18:00. Para algunos, tomar un café a esa hora es demasiado tarde. Por lo demás, todo estuvo genial.

Ubicación tranquila - personal amable - Pero algunas cosas necesitan reparaciones... Buena zona con césped para tomar el sol y relajarse. Hay basura tirada en las zonas menos frecuentadas. Llené varios cubos de basura... pero nadie se dio cuenta...

Celebramos la comunión de nuestra hija y quedamos encantados! Lugar con encanto ♥️

El día 7 hasta el 8 de junio ,nos alojamos mi mujer y yo la verdad que el hotel que es un verdadero lujo de tranquilidad,es puro relax y tranquilidad,el servicio muy bien la Cena y el desayuno bastante bien. Lo único malo de ese finde estaba la piscina en reparación pero bueno hay un jacuzzi que te solventa ,y la única pega por mi forma de dormir es que entra la claridad muy temprano y yo al tener el sueño ligero puesssss.... Pero no se oye nada en prácticamente todo el día y la noche , hotel 100% recomendable.

Según entras a la hacienda te conviertes en protagonista de una película de película colonial. Un edificio de 1575 magnifico en calidad de construcción y buen gusto. Nos recibió un gatito precioso, Marqués, el rey de la Hacienda, cariñoso y precioso. Habitación amplias y con una belleza y utilidad trasnochada. Vistas espectaculares de plataneras que se pierden en el firmamento del mar. El silencio, armonía de los sentidos, sosiego, un remanso de paz. No se puede describir la calma. Unos árboles impresionantes. El canto de los pájaros cautivador. El sonido de la Fuente de un espacio de césped exquisito. Mención especial a las personas que cuidan de los huéspedes. Sencillos, cálidos y profesionales resumido en una sonrisa en cada momento. En tiempos de abundancia en buffets, aquí hay sencillez en la variedad pero no en la calidad. Si eres de los que le das valor grandes cantidades de comida, no es tu lugar. Aquí se viene a alimentar el espíritu. A descansar de ruidos, prisas y stress. No hay lujos modernos, el tiempo se paró y la madurez de este lugar brilla con toda su belleza y atractivo. Super recomendable para personas que quieran desconectar y envolverse al abrigo del tiempo suspendido y del silencio que abriga el corazón.

Nos gustó mucho el hotel. El personal fue muy amable y siempre estaba de buen humor, lo que te anima mucho durante las vacaciones. El hotel es muy especial: una antigua villa en medio de plantaciones de plátanos. Muy tranquilo y relajante. También hay un pequeño spa, que puedes reservar gratis y tener solo para ti. Nos lo pasamos genial relajándonos y nos encantaría volver.