Hacienda de La Marquesa en Arucas

Lugar muy bonito en medio de una plantación de plataneros. Desayuno muy completo. Personal muy amable. Habitaciones limpias. Puede utilizar el jacuzzi previa solicitud. Hotel muy recomendable. El único inconveniente es que las habitaciones del primer piso tienen el suelo de madera y, si estás debajo, oyes el ruido de los pasos de los huéspedes.

El brunch en el Hotel La Hacienda del Buen Suceso fue una experiencia maravillosa. La comida, variada y deliciosa, destacaba por su calidad y presentación, pero lo que realmente hizo la diferencia fue el servicio excepcional de Duván. Su amabilidad, atención al detalle y recomendaciones hicieron que todo fuera perfecto. Sin duda, un lugar para repetir gracias al ambiente, la cocina y el excelente equipo. ¡Gracias, Duván!

Una opción diferente. Rodeado de plataneras y con agradables rincones en porches exteriores y jardines que rodean el edificio principal. A destacar el buffet del desayuno, variadísimo y abundante, con productos canarios y buena calidad. También excelente la amabilidad y eficiencia de los empleados. Felicidades a Duvan y Leo por su profesionalidad y atención al cliente.

Lugar precioso con muchísimo encanto. Parece de ensueño. Fuimos a celebrar una pequeña boda íntima y fue espectacular. Estuvimos en un salón con sillones muy acogedor. Los camareros estuvieron atentos en todo momento. La comida estaba muy rica. Mucha variedad de platos. Con ganas de repetir para poder disfrutar de más instalaciones. Dispone de aparcamiento.

Pues he estado una semana....muy bien la verdad...para visitar la isla ubicacion comoda...para pasar del mundanal ruido muy bien.....comidas bien...amantes de Maspalomas abstenerse....gracias a todos los currant@s del hotel....excepcionales todos...

Ambiente encantador y relajado con un personal muy amable.

Habitaciones espectaculares, limpias , muy bonitas. Una hacienda para un fin de semana romántico.

Cinco estrellas por la ubicación, porque está cerca de la ciudad pero a la vez es muy tranquilo, en medio de una plantación de plátanos. El lugar es una antigua lechería y granero. Se trasluce un poco, pero la empresa ha sido dura, ahora no tanto. No hay aire acondicionado, pero el antiguo edificio de piedra no se inmuta ante un poco de calor. Mientras no seas un cobarde, solo expulsarás por la mañana a las lagartijas que entraron durante la noche y las demás volverán a vivir en el patio si has estado ventilando por la ventana toda la noche. La cantidad de basura en la piscina puede resultar inquietante, por otro lado, las palmeras circundantes crean una atmósfera mágica, es cuestión de elegir. La clientela parecía ser parejas adultas alemanas. un coche quizás sea deseable, pero no necesario si desea utilizar taxis. Simplemente no siempre son muy fáciles de conseguir. Comimos algunas cenas, el nivel varió pero quizás sea razonable ⭐️⭐️⭐️. Desayuno⭐️⭐️ tal vez debido a que los demás eran madrugadores y comían delicias, las deficiencias no siempre se supleban. Wi-Fi molesto, siempre bloqueado, constantemente 😤

Hoy fuimos mi sobrina y yo al servicio de brunch del que dispone el hotel. El hotel es idílico para este tipo de eventos. El brunch esta muy bien presentado y organizado. Puedes elegir varias opciones entre platos calientes y bebidas frías. Destacar principalmente el trato de Leo, un brasileño encantador y la recepcionista que también fue muy amable.

Es un sitio precioso, los trabajadores son un encanto, muy atentos,es tranquilo las habitaciones preciosas,muy pintoresco, es un regalo de cumpleaños que le hice a mi madre, tuvieron un lindo detalle en la cena de ponerles una rica magdalena con una vela, me dejaron ir a arreglarle la habitación para darle una sorpresa y llevarle una tarta se portaron genial, sin lugar a dudas volvería a repetir