Gozar Bar en Zaragoza

Han sido dos veces las que he ido a este restaurante, y en todas he salido con una sensación de lo más agradable. En primer lugar, el lugar es pequeño y humilde, pero lejos de verlo como algo poco atractivo me resulta un acierto, ya que da una sensación mucho más familiar y de contacto con el camarero (como plus añadiré que la música de fondo que suelen tener es jazz, lo que lo hace aún más entrañable). Quería también destacar el trato por parte del camarero principal, quien no solo se encarga de hacerte sentir cómodo en todo momento, sino que también demuestra un gran mimo por su trabajo, como es a la hora de disponer los cubiertos y platos, hablarte de los platos en la carta, etc. En cuanto a la comida, entiendo que no sea para todo el mundo, que haya personas a las que les parezca que incluye poca cantidad… pero bajo mi gusto, cuando la comida que se presenta es de calidad y su elaboración está bien cuidada y es acorde a su temporada, pues no hay nada que pueda criticarle. Su comida está buena, el producto es bueno, y las combinaciones son buenas. Del almuerzo de hoy en concreto puedo destacar sus pencas de acelga fermentadas con praliné de pistachos, el pollo en escabeche y la sopa thai. Sus patatas bravas también las recomiendo, y están siendo valoradas para un concurso, así que animo a todo el mundo a probarlas! En resumen, mi experiencia en Gozar ha sido estupenda las veces que he estado, y sin duda repetiría muchas otras. Aunque los cambios a veces son necesarios y son símbolo de crecimiento, espero que nunca dejen a un lado su esencia original, pues es sin duda necesaria en los tiempos que corren. Espero que toda persona que lea esta reseña se anime a darles una oportunidad, y deseo que lo disfruten tanto como yo.

Sitio acogedor, personal amable y atento, comida natural con toque especial especial que le da un sabor diferente y suave.

No puedo describir el sitio de otra forma más que sublime. Cada plato, cada bocado, cada sorbo, rezuman exclusividad y selección. Es un lugar donde no hay sitio para el fallo, ni siquiera para lo común. Definitivamente, la experiencia es muy recomendable. Gracias por la velada, Chelis!!!

Lo descubrí en una comida en de grupo y quise volver. Recomendable, buen servicio y buena carta en un ambiente que te permite conversar.

Sitio limpio y ordenado. Ambiente tranquilo. Música muy adecuada. Servicio atento. Es pequeño. Espacio excesivamente angosto en las mesas, si alguien se sienta en la barra. Tiene escasa disponibilidad horaria. Hay que reservar. Es cierto que las croquetas son poco cremosas, pues son de patata. Abundante variedad de vinos. Para probarlo una vez.

Buena experiencia en este pequeño local con cocina elaborada y original y amplia carta de vinos. Empezamos con el playo que me pareció más original, pencas de acelga con praliné de pistacho. Me encantan las acelgas así que este plato no podía faltar. Quizás me faltó algo más de "punch" ya que el praliné de pistachos era muy curioso y rico pero algo plano. Las berenjenas glaseadas correctas. De fuera de carta cogimos el brioche con ternasco y la tostada de papada que animo a que las metan en carta porque fue lo más nos gustó. La tostada es puro sabor. Probamos los dos postres, correctos. El servicio un pelín desbordado por momentos pero con buena actitud

Hace tiempo que quería probar este restaurante. La comida espectacular. Probe las berenjenas, la tostada de papada y la entraña. Y me quedé con las ganas de probar el resto de la carta. El personal, amable, explicando cada plato y resolviendo cualquier duda que nos surgia, y rápido. Volveré seguro, hay mucho que probar.