Opinión FABULOSA! Local precioso, acogedor, un ambiente muy cálido.
Todo el personal y Andrés, el dueño, son unos auténticos profesionales. Te atienden con educación, cariño y ganas. Nosotras pedimos unas galletas que eran una delicia.
Para nosotras fue una suerte encontrar un local así a mitad del Camino de Santiago y sin duda, volveremos.