Ettu Restaurante en Cádiz

Restaurante encantador en la zona turística de Cádiz… Diseño moderno Servicio encantador Receta inusual de tartar de atún con tuétano… bueno, pero un poco seco, en mi opinión Ternera muy sabrosa, bien preparada. Patatas fritas… Me pregunto por qué los restaurantes adoptaron la receta con piel y poco hecha… ¡No es mi gusto! Carta de vinos local divertida… y pan local delicioso. Le doy un 5 a este lugar, considerando el gran esfuerzo. Trabajan en los platos y en la carta de vinos… ¡Bravo! ¿Volveré? ¡Seguro!

Un ambiente agradable, acompañado de un servicio muy atento, y en cuanto a la comida deliciosa, fusión de ingredientes gaditanos con toques sudamericanos, muy bien integrados. Todo equilibrado y sus puntos correctos. Una muy buena experiencia

Pedimos la cena y todo fresco y caliente recién echo

Si vienes a Cádiz, aparte de las Freidurías deberías pasarte por Ettu, servicio impecable, comida exquisita con productos de primera calidad, y ambiente immejorable. Los canelones de carrillera ibérica un espectáculo. Un 10!!

Hemos estado en la azotea, en el bar. Tiene buenas vistas del centro y la Catedral. Los cocktails estuvieron buenos. Algo caros y pequeños, pero ricos. El servicio tardó un poco. No ponen cerveza ni vino. El ambiente es bueno. En invierno tienen calentadores.

Una agradable sorpresa la que nos encontramos en este coqueto e íntimo restaurante en la plaza de La Catedral. La comida impresionante y el servicio de 10. Giam nos dio un trato excepcional y sus recomendaciones fueron fabulosas. Una maravilla el Tartar de atún con tuétano por destacar uno de los platos por que todos fueron increíbles. El fin de fiesta con Lucia y un postre con mucho Sabor. A partir de ahora añadimos este restaurante a nuestros preferidos de Cádiz. Muchas gracias.

Una experiencia gastronómica para repetir. Espectacular y me quedo corta. El servicio de 10 por parte de ambos camareros ( Félix y una chica sevillana). Totalmente recomendable. VOLVEREMOS!

Una experiencia que me emocionó profundamente Una pequeña joya en el corazón de Cádiz Una experiencia que no olvidaremos fácilmente. Hoy almorzamos en Ettu, el restaurante del Hotel Olom en Cádiz, y aún estamos absolutamente maravillados. La comida fue fenomenal: cada plato perfectamente equilibrado, lleno de sabor y con una presentación impecable. Se percibe la pasión y la maestría en cada detalle. El servicio fue realmente extraordinario, superando con creces lo habitual, incluso en restaurantes de alta gama. Una mención muy especial para Christine y Félix. Son verdaderos profesionales: atentos, amables, con un conocimiento increíble y una clara pasión por su trabajo. Hicieron que nuestra visita fuera realmente inolvidable. Lo que más nos impresionó: • Cada plato venía con su propia cubertería especial, junto con una explicación de su origen y función. • Para el filete, incluso pudimos elegir nuestro propio cuchillo, un detalle encantador y poco común. • Cada detalle del servicio fue atento, profesional y, al mismo tiempo, maravillosamente cálido. El ambiente es impresionante: moderno, elegante, acogedor y lleno de detalles exquisitos. Desde el primer momento, te sientes genuinamente bienvenido. La relación calidad-precio es excepcional; por esta calidad, este servicio y la experiencia en general, sinceramente esperábamos pagar mucho más. Ya estamos deseando que llegue nuestra reserva para mañana por la noche y emocionados por ver qué nos espera. Si la primera visita fue así de impresionante, la segunda seguramente será aún más memorable. Un lugar que brilla como una joya. Absolutamente recomendable. ⭐⭐⭐⭐⭐ Saskia

Todo muy bueno cuando ves la carta parece que es poca comida pero ponen mucha cantidad de comida y es todo para compartir y los postres muy buenos tienen mucha variedad de comida y de postres

Ettu es un auténtico oasis en pleno corazón del casco histórico de Cádiz. El ambiente, con su luz cálida y su tranquilidad, ya anticipa que la velada será una experiencia culinaria única. El servicio fue impecable: Manuel, Ana y Cintia estuvieron siempre atentos, cuidando cada detalle para que la cena resultara perfecta. Desde la forma de servir el agua, hasta la presentación de los cubiertos o el remate final en la preparación de cada plato, todo se nota pensado con mimo. En un patio ideal para una noche de verano, degustamos un menú espectacular: tartar de atún sobre tuétano, vieiras, canelón de carrillera ibérica y jabalí, para culminar con unos postres memorables: templada de payoyo y texturas de chocolate. Cada pase llegaba acompañado de una explicación detallada de sus ingredientes y elaboración, lo que engrandece aún más la experiencia. La cocina sorprende por su equilibrio entre sabor, técnica y presentación; todo estaba exquisito y preparado con gran cuidado. El precio nos pareció muy acorde con la calidad, el entorno y el nivel del restaurante. En definitiva, una cena inolvidable que invita sin duda a repetir