Essencia playa castell en Gualchos

Sitio muy chulo y el personal muy majo. La comida riquísima.

Muy buen restaurante, en Castell estamos encantados de tener un sitio tan bonito y de tan buena calidad en nuestro pueblo, la comida es inmejorable y el personal es muy amable

Se come súper bien, el sitio es súper bonito, ideal para una cena de noche con vistas

Me ha gustado mucho la visita, la comida muy buena con vistas al mar muy agradable. Además un aspecto elegante y muy llamativo con muy buena ubicación justo en el paseo marítimo. El servicio buenísimo y los camareros muy agradables y serviciales . Lo recomiendo 100%, volveré a repetir.

Excelente sitio, muy buena la comida, alex nos ha tratado super bien, increible experiencia

Trato maravilloso cerveza fría y buena compañía

El servicio excelente. Los camareros son súper amables y cariñosos. Visita obligatoria en Castell de Ferro

Es un sitio espectacular siempre vamos allí a tomar nuestras copas y nos atienden con mucho cariño los tengo ya como una familia y nos tratan a todos por igual a destacar a Mario que es un camarero de 10

Todo bueno, la ubicación es excelente, el arroz con bogavante una ida de olla, el pulpo crujiente un espectáculo, Buenas sardinas, hasta el arroz de las tapas estaba bueno, nos gustó tanto q hemos estado en 3 ocasiones en una semana. La camarera q nos atendió morena de pelo corto muy agradable. Para repetir si volvemos por el pueblo sin duda.

De chiringuito tiene poco. La construcción es de obra,el techo corredizo para cuando se quiera ver el cielo o las estrellas. Muy acorde con el entorno, el comedor es una planta cuadrangular con una decoración basada en madera, iluminada por lamparas de corte tropical. La comida excelente, tanto carne como pescado destacan por su frescor y calidad. Las raciones son generosas y en los postres destacan las tartas caseras, un diez para la repostería. Los etílicos adquieren por si solos la categoría de premium El servicio familiar, atento y muy educado. El precio acorde a las viandas. Solo, a mí parecer, faltaría vestir las mesas con mantel negro y por la noche algunos robustos candelabros dieran luz a tan emblemático lugar, el placer de la degustación sería un sueño en el paraíso. E