La calidad de la comida era buena, pero la relación calidad-precio no era la adecuada (por ejemplo, el precio por la cantidad de comida, por ejemplo, las guarniciones pequeñas de un plato principal...). El servicio fue atento y amable. El ambiente era encantador, pero también delicado si había huéspedes que no respetaban la presencia de los demás y hacían videollamadas de una hora en voz alta, ocupando toda la piscina mientras bebían botellas de vino. Pero bueno... también puede traer mala suerte.