Una pequeña joya. Me hacía mucha ilusión probar este restaurante y la experiencia superó mis expectativas ¡y con creces! La comida riquísima, el trato súper amable. Te acogen con una sonrisa, te atienden con cariño y la oferta es diferente, sabrosa, fresca y sana. Y se aceptan mascotas, lo que hace que sea un sitio absolutamente perfecto ¡Volveremos seguro!