La comida china estaba muy rica, se notaban los ingredientes frescos y todo llegó en su punto justo, ni frío ni pasado. Además, la atención fue excelente, se notaba que el personal estaba pendiente sin resultar pesado. Me gustó el detalle de la presentación de los platos, se veía todo muy cuidado. El lugar tenía buen ambiente, con música suave y mesas bien distribuidas. La relación calidad-precio me pareció muy correcta.
Un restaurante auténtico chino, con brochetas a la brasa y clientes asiáticos. Al entrar te recibe un agradable ligero aroma a carbón. Precios muy razonables, espacio sencillo y limpio. Servicio agradable y rápido. ¡Creo que este lugar debería ser más conocido! Las personas que hemos viajado a China reconocemos esos sabores que en los restaurantes chinos occidentalizados no hay, y aquí con las brochetas he sido transportada de nuevo al sabor de mis viajes a China. ¡Anímate a entrar!