Churrería La Tradicional en Santa Cruz de Tenerife

Muy buena calidad, precios y sabor de los churros y porras.

Son los mejores, la calidad y el servicio insuperable los mejores churros

Lo mejor de Santa Cruz. Los finos son maravillosamente crujientes y deliciosos y el chocolate rico y espeso, lleno de chocolate. Tenga en cuenta el horario limitado y planifique su mañana en torno a una visita.

El personal es muy amable y los churros están muy buenos.

Calidad churros y chocolate, precios inmejorables y trato excelente, uno de los camareros trata muy bien a los peques, en definitiva después de llevar tiempo lleno, no lo cambio, les dejo propina porque creo que el único defecto es que cobran muy bajo para tanta calidad.

¡Los mejores churros que hemos probado en Tenerife! Los pequeños son deliciosos y crujientes, y los grandes son espesos y masticables: ¡un verdadero placer! El chocolate los complementa a la perfección. Si estás de paso por Santa Cruz, esta es una dirección que no debes perderte.

Los churros quedan crujientes y ligeros. El chocolate es sabroso y no demasiado dulce. El local es pequeño, no tiene muchas mesas, pero la rotación fue rápida y no tuvimos que esperar mucho.

Un rincón muy especial. De verdad me encantó el trato y que decir de ese Barraquito con chocolate súper especial, los churros crocantes. No dejen de pararse a tomar un buen café y churros

El café está ocupado pero es eficiente. Tanto los Finos como los Grueso Churros son deliciosos. El chocolate y el café también son deliciosos.

No importaba cuándo pasaba por este lugar en la mañana, entre semana o fin de semana, la fila de gente esperando sus churros siempre era impresionante. Naturalmente, sentí curiosidad. Decidí venir un poco más tarde ese día. No había cola, solo quedaba una mesa vacía. Lo que más me sorprendió fue lo felices que estaban de tenerme allí. Me dieron espacio y tiempo para tomar fotografías de las paredes, las cuales estaban cubiertas de carteles que llamaron mi atención. Incluso se tomaron un momento para hablarme de los diferentes tipos de churros. Mi pedido estuvo listo en solo dos minutos. Y cuando me di cuenta de que no podía terminarlo todo y decidí llevarme el resto, la mujer del mostrador insistió, casi convenciéndome, en que tenía que llevarme el chocolate también. Después de todo, ¿cómo podría comer churros sin chocolate? Empacó todo con cuidado para que nada se derramara. Ha pasado casi una semana y todavía pienso en este lugar con una sonrisa. No sé exactamente cuánto tiempo lleva existiendo esta churrería, pero leí en alguna parte que lleva ocho generaciones en el negocio. Sólo eso es impresionante. El lugar en sí es sencillo: mesas y sillas de plástico, nada especial. Los carteles en las paredes definitivamente llaman la atención. ¿Pero la verdadera magia aquí? Es la gente. Churros, servidos con diferentes tipos de salsas. Estaban crujientes, ligeramente salados y nada grasosos, tal como debían ser. ¿Y el chocolate? Más bien una rica bebida de chocolate caliente: dulce pero no demasiado intensa. Quizás con Nutella quedaría aún mejor 😁.