Cervecería La Zurita en Huéscar

El ambiente general era tranquilo, especialmente porque mi grupo estaba afuera y era tarde en la noche. El servicio fue rápido y excelente. La comida era diferente a mi paladar normal. Los sabores estaban ahí, pero faltaban en un lugar o eran abrumadores en otro. Creo que equilibrar los sabores ayudaría más en mi preferencia por regresar. Las salsas tenían sabor. La salsa de pulpo tenía mucho comino.

Muy caro para la poca cantidad de comida

El local es pequeñito pero tiene mucho encanto. Dispone de una amplia terraza peor el día que fuimos cayó un diluvio y, obviamente, no estaba disponible. Pedimos patatas bravas, fingers de pollo, croquetas y una ensalada. Las raciones son bastante grandes y estaba todo buenísimo. El servicio de 10. Nos sirvieron rápido y fueron muy amables. Pasamos un rato muy agradable y gratificante.

Excelente trato ,muy buen tapeo

Bonito restaurante con una carta excelente y un servicio de diez...

Excelente cervecería, con una comida maravillosa, trabajadores muy profesionales y un ambiente perfecto para echar un rato con los amigos o la familia.

Muy buen sitio. Una magnífica opción. Puedes comer de tapas buenas y originales, o a la carta. Buen producto y amabilidad. Recomiendo el tataki y los torreznos.

Un sitio para visitar. En primer lugar por las instalaciones, modernas, decoradas con gusto y con terraza exterior. En segundo lugar por el aire acondicionado, en pleno mes de agosto pasamos frío cuando en la calle el termómetro marcaba cerca de 40 grados y eso en verano se agradece. Y en tercer lugar por la profesionalidad, simpatía y buen hacer del camarero. A esto hay que unir que con cada bebida te ponen una tapa y una amplia carta de platos de todo tipo. Por cierto la caña la "tiran" en su punto con la jarra helada.

Buen ambiente con D. Fabián y D. Raúl Bustamante

De casualidad, pasando por Huéscar a la hora de comer, acabamos buscando y encontrando este pedazo de cielo. Nada más entrar, la amabilidad y atención del camarero ya prometía. Éramos 9 y nos preparó unas mesas y atendió en muy poco tiempo. En todo momento se interesó, recomendó y trató con una amabilidad y ganas de hacer sentir a gusto que cuesta encontrar. No tienen carta de alérgenos, pero al indicarle que había una persona con estas intolerancias, se esmeró en dejar claro esto en cocina y nos dio indicaciones y alternativas en cada uno de los platos que podían tener alguno de los alérgenos. Pasando a la comida, de 10, todas las tapas del aperitivo eran una delicia, pasando por su marinera, la tosta de pimientos y sardina, y los exquisitos champiñones. Los principales, otro nivel, la carrillera se deshacía y la salsa era melosa y sabrosa. Los acompañamientos de los platos, en este caso algo tan simple como unas patatas fritas, son caseras hechas por ellos, y estaban espectaculares. Los postres muy ricos y la presentación de todo hacía que nada más ver cualquier plato tuvieras ganas de hincarle el diente. De estas cosas que te ocurren por casualidad, y que hacen que algo tan simple como una comida de paso se marque como algo que no olvidarás de tu viaje.