Can Peret en Cassà de la Selva

Vamos un domingo a comer. Masia rústica preciosa com jardin, interior de piedra vista. Menu de fin de semana de 35,90€ bebidas aparte. Traen tapita de aperitivo. Primero a compartir, Ensalada de burrata con calabaza, rucula, miel, magrana y frutos secos. Croquetas de rustit caseras, muy ricas. Trinxat de la Cerdanya trufado con cansalada y butifarra, negra, excelente. Mejillones a la brasa, brutales. Traen toallita refrescante. De segundo Entrecot con salsa inglesa, tenia algunos cartilagos y muy tibio y delgado, no es de los mejores. que he comido. Ella pluma de cerdo a la brasa con salsa de carne y compota de manzana, buena. Tiene varios comedores, el nuestro era muy íntimo, con solo 3 mesas. Servicio impecable.

CRÍTICA GASTRONOMICA JOAN- MASIA DE PIEDRA CON COMIDA DE LUJO Vamos un domingo a comer. Masia rústica preciosa com jardin, interior de piedra vista. Menu de fin de semana de 35,90€ bebidas aparte. Traen tapita de aperitivo. Primero a compartir, Ensalada de burrata con calabaza, rucula,  miel, magrana y frutos secos. Croquetas de rustit caseras, muy ricas. Trinxat de la Cerdanya trufado con cansalada y butifarra, negra, excelente. Mejillones a la brasa, brutales. Traen toallita refrescante. De segundo Entrecot con salsa inglesa, tenia algunos cartilagos y muy tibio y delgado, no es de los mejores. que he comido. Ella pluma de cerdo a la brasa con salsa de carne y compota de manzana, buena. Tiene varios comedores, el  nuestro era muy íntimo, con solo 3 mesas. Servicio impecable.

Un restaurante espectacular en el que te encuentras muy a gusto, confortable para disfrutar de una comida elaborada con cariño, con un servicio excelente y un ambiente tranquilo con música de fondo agradable en un escenario decorado con gusto. Repetiremos.

Todo correcto y una cola de buey sensacional, carta de vinos corta pero muy adecuada.

Sigue siendo muy bueno. Menú impecable cada mediodía. No olvides reservar.

Restaurante acogedor. Vinimos a comer el menú mediodía (25€/pp). El parmentier de patata con carne de "perol" y huevo poché estaba muy gustoso (potente de gusto) y con buen sabor. El tartar de atún fue recomendación del camarero y estaba bueno pero poca cantidad (entiendo que al ser menú haya menos cantidad). De segundo pedimos arroz caldoso con alcachofas y costillon. A mi pareja le encantó (le gustan mas los caldosos que a mi por eso dejo su opinión). Para finalizar, un coulant de chocolate muy bueno y una tarta de queso normalita. Resumiendo, un menú mediodía bastante completo en un lugar muy agradable y acogedor (una masía con un toque romántico).

Todo tal y como lo deseábamos, por eso no se debe pedir más

Un lugar hermoso con algunos detalles a mejorar El restaurante tiene un ambiente espectacular, con una decoración cuidada y un espacio que invita a disfrutar desde el momento en que entras. Ideal para una ocasión especial o simplemente para relajarse en un entorno tan bonito. La comida fue, en general, deliciosa. Probamos el tartar de atún, los rigatoni a la carbonara, el entrecot y el mil hojas de cua de bou. De postre pedimos la bomba de chocolate y el tatin de manzana. Todos los platos destacaron por su presentación y sabor, salvo el entrecot, que tenía demasiadas partes duras y resultó difícil de cortar y el tatin era muy simple. Esto fue un pequeño tropiezo en una experiencia gastronómica que, de otro modo, hubiera sido impecable. En cuanto a la atención, tuvimos una experiencia un poco mixta. Apenas llegamos, el camarero de barba nos asignó una mesa, pero al pedir cambiar a otra más alejada y bonita, nos dijo que estaba todo lleno, aunque claramente había muchas mesas disponibles. Esto nos dejó una sensación algo incómoda. Sin embargo, la chica rubia que estaba atendiendo otras mesas fue muy amable y atenta. Hubiéramos preferido que ella nos atendiera durante toda la velada. En resumen, es un lugar hermoso y con comida mayormente destacable, pero algunos detalles en la atención y la calidad de ciertos platos podrían mejorarse.

Muy muy recomendable, masía reformada con muy buen gusto. Predomina la elegancia y la calidad tanto del entorno como de los platos y el servicio. Antes de empezar nos ofrecieron un aperitivo, sopa de melón con menta muy refrescante y un blini de crema de queso. Los mejillones a la brasa con un toque de pimienta estaban riquísimos. Las croquetas de gamba, muy cremosas y con trocitos de gamba en el interior. El gazpacho de melocotón y carabinero fresco y bueno. El arroz de la senyoreta "espectacular", delicioso con las espardenyes, las navajas y la gamba, de sabor suave, elegante y auténtico, evitando sabores artificiales o ácidos. Para finalizar un daikiri de piña (pedí que lo sirviesen sin cilantro) y estaba perfecto. El servicio super atento, tratando con mimo al cliente dando detalles de los platos y aconsejando con acierto. Relación calidad precio correcta, no es barato pero la calidad y el servicio lo merece.

¡Comida fantástica! Cocina tradicional con un toque de modernidad. ¡Muy recomendado!