Cafeteria La Termica Museo Nacional Energia en Ponferrada

El sitio y su ubicación son fantásticos, está dentro de una antigua planta termoeléctrica, ambientado en unos de esos salones está el este restaurante de obligada visita en Ponferrada.

El lugar ya de por sí es espectacular, pero encima es que el trato de las camareras es exquisito. Sobre la comida me faltan palabras. Hicimos caso a las recomendaciones y la menestra de verduras fue algo sublime; después el solomillo con foie e higos una delicia y los postres es que no puedo describirlos. Lo de la teja es de otro planeta. Debería ser obligatorio probarla cada vez que se va por allí. Ha sido una experiencia maravillosa, en un ambiente muy agradable, con un trato de 10, todo mientras disfrutábamos de una comida indescriptible. Una fiesta en el paladar. Repetiremos segurísimo. ¡Muchísimas gracias por todo!

Repetimos y repetimos y ni decepciona, la calidad de la comida muy buena y la atención del personal inmejorable.

Nos gustó todo. La comida de calidad y buenísima. Los postres, de helados caseros, deliciosos. El local, la vajilla, la atención que nos dieron. Todo muy cuidado y atentos a los detalles. Ojalá podamos volver

Una gratísima y sorprendente experiencia. Todo estupendísimo y riquísimo. El precio muy acorde con la calidad y para nada excesivo. El trato exquisito por parte de todo el personal. Muy recomendable, Volveremos.

Lugar con encanto, comida espectacular incluyendo los postres. Atención exquisita desde el cocinero al resto del personal Ambiente tranquilo y acogedor

Somos de Valencia y en nuestro viaje turístico pasamos por este lugar tranquilo y con encanto al ser un edificio rehabilitado de un antiguo uso, los platos exquisitos, destacamos la atención de Nieves y el Chef Jesús, que en todo momento estuvieron preocupándose por nosotros y el gusto de nuestras peticiones, recomendaremos seguro.

Somos María y Gerardo. Hace un año fuimos a comer celebrando el cumple de María, y ayer volvimos a lo mismo. La primera vez conocimos un poco a Jesús y charlamos con él, así que ayer le llevamos un par de tomates, un pepino, un par de higos y una calabaza de la variedad turbante turco de nuestro nuevo huerto berciano ( somos unos profes que vivíamos en Madrid y nos hemos mudado a Ponferrada). Tanto la primera vez como ayer, sólo podemos decir que todo genial, genial y genial! Jesús y su equipo de cocineros son especiales, y Nieves y su compañera, en sala, muy cercanas y agradables. Un servicio perfecto en cuanto a los tiempos y temperatura de los platos. DETALLAZO: PEDIMOS CUATRO PLATOS Y NOS RECOMENDARON QUE DESECHARAMOS UNO OOR DEMASIADA CANTIDAD PARA DOS COMENSALES. ENTONCES, DEL PLATOS DESECHADO, NOS SIRVIERON UNA REPRESENTACIÓN NADA PEQUEÑA. ESO HACE A UN RESTAURANTE GRANDE. ME ENCANTARÍA QUE MARÍA CUMPLIERA AÑOS CADA SEMANA! GRACIAS

Muy buena experiencia, recomendamos probar la copa de Vermouth al inicio, está muy bueno. Pedimos: - Cecina de Wagyu (30€ - 100gr) - Pulpo a feirs y garbanzos de pico pardal (29€). Seguramente lo más rico que probamos para mi gusto. - Paletilla de cordero lechal asada rellena de setas y espárragos trigueros (33€). Estaba buena aunque el relleno tenía demasiado pimiento. El trato muy bueno, quedamos llenos y no nos entraba postre ni café.

Este restaurante se encuentra en una antigua central eléctrica restaurada con mimo, luminoso, de fácil acceso incluso para personas con algún impedimento físico. Las mesas están bien espaciadas, sin agobios. La carta no es muy amplia, unos 25-30 platos en total, con una distribución adecuada entre entradas frías, carnes y pescados. Pedimos como entrante una ensalada de tomate, aguacate y langostino, correctamente preparada y rica. Como platos principales pedimos rape con chipirones, pulpo a feira con garbanzos, solomillo con patatas y pimientos y finalmente, cachopo con queso de Arzúa. Todos ellos espectaculares, hechos al punto adecuado y servidos a la temperatura correcta. A los postres el nivel siguió siendo alto: tanto el brownie, como la teja con helado de coco y el caramelo salado fueron devorados en un plis plas. Excelente el pan y correcta la carta de vinos, con una amplia selección de vinos del Bierzo, pero con opción de otras denominaciones de origen. Buen café. Servicio atento y eficaz. No es barato (salimos aproximadamente a unos 40-45 euros por cabeza) pero nos pareció buena la relación calidad/precio. No dan cenas. Existe la posibilidad de acercarse a tomar una cerveza o un combinado hasta la hora de cierre en una zona de mesas altas cerca de la barra.