Café Bar Ararat en Mérida

Bar típico de Mérida el bocadillo buenísimo y la tostada lo mismo

Estuvimos 21 senderistas para desayunar y sin reserva hecha. Buen servicio, buenad tostadas y buen precio repwtiremos.

Después de buscar para desayunar encontramos Café Ararat y el trato ha sido maravilloso. Totalmente recomendable

Buena atención Buen desayuno Repetiria mil veces

Que buen desayuno, una buena atención 👌 La recomiendo 👌 Volvería a repetir sin duda alguna

Hoy estuve comiendo el menú del día la verdad solo había una camarera que iba corriendo pero se olvidaba las cosas el menú valía 12'50 y entraba primero segundo postre pan y bebida la camarera me tomo nota y me trajo arroz a la cubana, abundante arroz pero el tomate un poco ácido y no me trajo pan ni la bebida que pedí ya que se puso a preparar los cafés de otra mesa. De segundo pedi lomo con patatas y huevo, lo cual fue mi decepción me pusieron un filete enano hasta arriba de salsa de ajo y perejil. Cabe objetar que a todo le ponían pimentón sin mucho sentido. Lo mejor el postre unas natillas deliciosas. Fueron muy rápidos un sitio bueno si quieres comer un menú rápido pero no si quieres comer un menú en condiciones espero volver otro día para cambiar la reseña.

Menú del día 12€ Por este precio, este menú es más que suficiente.

Buenísimo todo sobre todo el variado de pescado fritos y el calabacín que te ponen de pincho una maravilla. Sitio totalmente recomendado

La comida riquísima, la camarera majisima y super resuelta. Eso sí el café asqueroso. No se si es que no limpian la máquina o que la calidad del café es mala, pero madre mía, que puñetazo al estómago como cierre de comida :(

El Ararat es un bar tradicional de temática armenia. Ambiente genial y acogedor gracias a las camareras Arlette y Eddy. Comida exquisita gracias a Mariam (¡Los mejores huevos de Mérida!). Vinos de primera calidad: pide Vino Puebla y luego Palacio Quemado... Por último, pero no menos importante, disfruta de la compañía de los excelentes clientes Ángel, Antonio, El Sereno y muchos más. Si existiera un Premio Nobel—o mejor aún, un Premio Noé—para Bares, ¡sin duda El Ararat lo ganaría!