¡Jamás había comido tan mal en Burger King!
La impresora del autoservicio no funcionaba y el personal era antipático y apático.
A los 20 minutos me empezó a doler el estómago y los intestinos... y el dolor me duró toda la noche.
Hemos venido a comer y os digo que la atención a sido exquisita, cierto es que con más gente igual estarían más agobiados, pero a mí y mi familia chapó. Un tal Iker, un tal chico y una chica que se llama Gloria. Muy bien, así da gusto.
Un lugar genial para un refrigerio rápido, un parque infantil fantástico, nada del otro mundo, pero BK es BK en todo el mundo. Buena relación calidad-precio.