La comida estaba bien, pero tener que aguantar a la camarera dándole todo tipo de detalles, sobre lo muy provocativa y lo mucho que enseñaba cuando no iba con el uniforme, a los demás empleados, fue realmente desagradable, además de resultar molesta, no sólo por el tema de conversación inapropiado sino por el tono de voz desagradable y absurdamente alto, creando un ambiente barriobajero fuera de lugar, no creo que vuelva, aunque el lugar era bonito.
El restaurante estaba casi vacío, pero los platos se retiraron inmediatamente después de comer el último bocado.
El personal ha sido más amable en los últimos años.
Siempre que vamos nos encanta!!!
Hoy hemos acertado mucho con la ensalada de chipirones, los mejillones a la plancha y las gambas al ajillo.
Mejoraría el menú infantil…porque un platito pequeño de macarrones con tomate casi 13€ me parece demasiado. Nos han cobrado el agua del menú, así que nos ha subido a casi 15€.
Pero en resumen: muyyyyyy bien!!!!