Bar Soriano en Logroño

Espectacular pincho de champiñones para acompañar un mosto.

No hay viaje a Logroño en el que nos perdamos los champis de este local mítico. Un imprescindible con un sabor original e inolvidable.

Son los mejores champiñones de España y punto. El que diga lo contrario que se lo haga mirar.

Espectacular, el mejor pincho de la zona y los precios más competitivos

Excelentes, riquísimos y rápidos. 100% recomendable. Y a buen precio.

Parada obligada. Un buen pincho mítico de champiñones a la plancha muy bien preparados con una salsa única de elaboración propia que le da un toque especial. El local es algo estrecho pero merece la pena parar a tomar algo y comer un buen pincho de champis

De ruta de tapeo por Logroño.. y aquí que me personé, con mi copita de vino y el pincho de la casa, los champiñones.. que me parecieron muy ricos; .. el servicio bien, el local auténtico y agradable terraza, precio muy bueno, muy recomendable!

Muy buena comida y tintos (vino). ¡Lo disfrutamos y volveremos!

No he probado una tapa de champiñones más sencilla en mi vida, pero no por lo sencillo deja de ser espectacular. Muy buen sabor con su salsa especial y un ambiente muy agradable, lleno de gente disfrutando de un buen vino. El servicio es rápido y excelente.

Visitar el Bar Soriano en la Calle Laurel fue una auténtica delicia. Este lugar es famoso por su tapa de champiñones, y después de probarla, entendí perfectamente por qué. Los champiñones a la plancha, coronados con una pequeña gamba y un toque de su salsa especial, son sencillamente espectaculares. Crujientes por fuera, jugosos por dentro, y con un sabor inigualable. El ambiente del bar es auténtico y vibrante, lleno de vida, como debe ser en el corazón de la famosa calle de pinchos de Logroño. Aunque siempre está lleno, el servicio fue rápido y eficiente. Los camareros, a pesar de la gran cantidad de gente, se aseguraron de que estuviéramos atendidos en todo momento, con una sonrisa y mucha amabilidad. Es un lugar imprescindible si visitas Logroño. La tapa de champiñones es icónica, pero el encanto del sitio y la experiencia completa hacen que quieras volver una y otra vez. Sin duda, uno de los mejores bares de pinchos que he visitado.