Un lugar encantador, con cocina hondureña y peruana. Los dueños son una pareja muy amable; hicieron todo lo posible para que estuviéramos contentos y nos facilitaron mucho la organización para nosotros y nuestro grupo numeroso. Las porciones eran generosas y auténticas. Sin duda volveré. Gracias también por el pequeño recuerdo que nos dieron. ¡Excelente!