Bar La Plaça en Figueres

Una grata sorpresa, un bar sencillo donde los platos son muy buenos, abundantes, económicos y servidos con una sonrisa; ¿qué más se puede pedir?

He venido a las 7 de la mañana porque es un bar donde me gusta ir y donde hacen unos bocadillos increíbles. He ido en medio de la pausa del trabajo y con el frío que hace quiero estar caliente. Le pregunto a la camarera si puede cerrar la puerta pero me dice que no "porque tiene que abrir" pero si el bar está vacío y la gente sabe abrir una puerta. Todo el calor que había en el bar se ha ido, hasta ella se ha puesto chaqueta, no entiendo nada.

La atención no estuvo mal, el café promedio pero es verdad que la gente que promedia el lugar no deja un buen ambiente