02/05/2025: Sin dudas un lugar para ir. Platos abundantes, servicio excelente y un ambiente cálido. Comida casera y sabrosa. Cada día un menú distinto. El personal es muy amable y paciente para explicar cada una de las opciones disponibles. Todo muy bien.
27/04/2025: Adán y Eva, los primeros, empezaron por el postre. Con toda delicadeza y expresión, Jesús, el camarero, de los dos que posan ante mi cámara de las fotos añadidas, el que es más bajo, pues ambos se llaman Jesús, y con ellos, hay que ponerse serio, y más si se trata de un chuletón que traen a la mesa, me recomienda tanto el flan como la natilla casera con la sazón especial del camarero, y de verdad, no es un error comenzar por el postre. Lo recomiendo, como también las torrijas caseras. Y a lo escrito añado: Gracias Angeles por tu amabilidad y atención telefónica y reservarme mesa para este domingo. Y lo dicho, vuelvo hoy a comer, con la seriedad de Jesús, la sonrisa clara color de luna de Nely, Dahil' sa yo; la atención amable de su otra chef y dueña del restaurante, Claudia; la complicidad de Silvia, con una mirada capaz de rescatar a un hombre de sí mismo y ser ese odre donde verterse para luego beberse a sí mismo, y la servicial Yumei con empatía y simpatía, que faltando hoy, su otro compañero tocayo Jesús, hacen que, Claudia, Nely, Silvia y Yumei, estén y sean "divinas". Recomiendo tanto el menú como la carta, pues la brasa no falla nunca y menos en las manos de Claudia y Nely, las chef, que son conscientes de que en sus manos está la "esencia" de El Museo de las Fuentes. El chuletón, cada vez mejor en su punto menos punto, y al igual que el chuletón, cualquier carne que se precie degustar como pescado. ¡Qué mejor que degustar esta primavera a la brasa de las manos que la mecen! En la historia de toda la humanidad, en toda gran historia, se quiere dos cosas: La primera, y de lejos la más importante: volver a un lugar, y la segunda cosa: la brasa. Y ya son varias veces que el que escribe ha vuelto y aún volverá, descubriendo que cada vez me cuesta más encontrar las palabras para reseñar dando cobijo a tanta profesionalidad en atención, amabilidad y humanidad. Y a la BRASA, de las manos de Claudia y Nely, le dedico estas palabras: "La amo desde antes que la palabra amor brotara de los labios y naciera el fuego."