El metro en pleno agosto cierra a las 23:00 y no hay ningún aviso de ese horario ni por megafonía ni por escrito visible, y te dejan encerrado sin más con una verja. Hay un botón con el que puedes hablar con seguridad, pero de eso tampoco hay información. Muy mala gestión en ese sentido, y falta de atención al cliente, que puede provocar sensación de claustrofobia. Pésimo!!