Llegamos de improviso buscando comer con mi hija pequeña. El trato tanto de la responsable como de los camareros muy bueno, y la comida muy bien. Sí volvemos por la zona repetiremos seguro
Lo encontramos por casualidad y volveremos una y mil veces más.
El trato al cliente, es familiar y muy cercano, tanto por parte de la jefa como por el camarero, Alejandro. Un encanto los dos.
La comida, buenísima. Pedimos unos pescaditos de cambrils, por recomendación de la jefa y estaban muy tiernos y se deshacían en la boca. Y el arroz negro de la carta, va con chipirones; el arroz del menú, va con gambas y otras opciones de primero, que también tiene un precio buenísimo.
El arroz meloso y muy sabroso; buena cantidad para 2 personas e incluso para repetir alguno más.
Los aseos, limpísimos y perfumados, que es de agradecer.
Tienen variedad de tapas frías y calientes, como surtido de carnes también.
Para los peques, no nos hemos fijado, pero seguro que hablando con ellos, se soluciona.
La zona de aparcamiento es más delicada, ya que está en una calle peatonal, pero hay aparcamientos cerca, en las calles traseras o cerca de la costa y dando un paseo, se llega en nada. En verano tiene que ser más complicado, por el bullicio, pero si tenéis oportunidad, no dudéis en pasar.
Os lo recomiendo muy mucho.
Benditas casualidades que te hacen encontrar lugares y gente exquisita.
Hoy fuimos de casualidad, estábamos paseando y en este restaurante terminamos.
Trato perfecto, comida muy rica y precio muy asequible, lo recomiendo.
Volveremos seguro
Calidad precio muy bien, a mi gusto falta un poco de cantidad pero quedas sin apetito muy bueno el pescado y carne y complementos tambien, volveria sin dudarlo.