Baka Vieja - Zaragoza en Zaragoza

Todas las hamburguesas eran sorprendentemente deliciosas, esperábamos algo más "atasca-arterias" pero los sabores están cuidados. La opción vegana (Beyond) está muy trabajada. Se puede pedir pan sin gluten. Las patatas fritas belgas lo son de verdad. Un diez en cocina, vaya. La reserva por internet, eficaz y bien atendida. El personal es muy majo a pesar del trote que llevan. Sólo señalaría que la música está un poco alta pero eso es lo habitual, hay que resignarse... Restaurante muy recomendable para carnívoros.

Me encantaban los nachos. Pero bajaron la cantidad por el mismo precio. Por eso no le doy 5 estrellas.

Las hamburguesas muy buenas, el servicio bueno para estar solo una persona en sala, sin embargo las patatas fritas horribles, no están acordes con el resto.

Patricia es majisima y nos ha atendido muy bien, la comida esta buenísima, si te gusta el foie pidete la Antzarrak

Las hamburguesa deliciosas, la carne jugosa y con el sabor auténtico de la carne, las patatas cortes rústicos y naturales, la mejor hamburguesa que me he comido, para los que somos amantes a la carne jugosa súper recomendada las salsas de la casa 10 de 10

Brutal... carne , nachos !!! No digo más.

La Anatomía del Éxtasis (y la Gula) Desgranemos, cual botánico obsesionado, los componentes de esta criatura culinaria: El Bun Brioche: Un panecillo que, de tan tierno y mantecoso, parece haber sido horneado por ángeles que han olvidado momentáneamente sus votos de frugalidad. Es el humilde, aunque crucial, soporte que intenta, con gallardía, contener la inminente avalancha. Doble Baka Vieja y Doble Cheddar: ¡Ah, el corazón de la bestia! Dos (repito, dos) medallones de carne de vaca vieja, que no solo prometen un sabor profundo y maduro, sino que, por su mera presencia, invitan a la reflexión sobre la longevidad y el peso de las decisiones. La doble ración de queso cheddar es su fiel escudero dorado, un manto lácteo que se funde en un acto de rendición total. La Baka Vieja no es solo carne; es una declaración. El Dúo de Bacon: El Contraste Agridulce y Crujiente Bacon Caramelizado en Jarabe de Arce: Aquí reside la genialidad, o quizá la completa insensatez. Este bacon, bañado en el néctar dulzón y pegajoso del arce, se presenta como el dandi de la composición, el que aporta el toque de sofisticación que desvía la conversación de lo puramente cárnico. Es un caramelo salado, una contradicción deliciosa que seduce a las papilas. Bacon Crujiente: Y para que no nos olvidemos de dónde venimos, tenemos la versión purista, la textura, el crunch que interrumpe la suave melodía del brioche y el queso. Es el golpe de tambor en la sinfonía de la masticación. Las Salsas: La Cúpula del Sabor Smokey Mayo: La mayonesa ahumada, con su velo de misterio y su insinuación de hoguera, es la base cremosa, el colchón sobre el que reposan las carnes. Baka BBQ: Y, finalmente, la salsa que ata cabos, la Baka BBQ, que aporta ese punto dulce, especiado y ligeramente ácido, indispensable para que el conjunto no se convierta en un monolito de grasa y proteína. El Veredicto Final: Una Aventura que Desafía la Gravedad Al afrontar la Bacon Arce 2.0, uno no come; uno se bate en duelo. Es una cumbre gastronómica que requiere preparación física y, francamente, un pequeño acto de fe. El primer bocado es un acto de pura audacia. La hamburguesa, de un grosor que desafía la geometría y la capacidad de apertura mandibular del ser humano promedio, nos obliga a una compresión heroica. Y entonces ocurre la explosión: la rica, profunda, casi filosófica baka vieja se mezcla con la dulzura insolente del jarabe de arce, mientras el cheddar untuoso sirve de árbitro en este combate. Es una danza entre el salado robusto y el dulce meloso, una combinación tan descabellada que funciona con la precisión de un reloj suizo averiado. Es tan vasta y tan intensa que, al terminarla, uno siente que no solo ha comido una hamburguesa, sino que ha conquistado una pequeña nación. La sensación posterior es la de una noble pesadez, un sopor digestivo que exige un sillón de cuero y un luto de dos horas por la frivolidad perdida. Conclusión (para los valientes) Por 14,90€, la Bacon Arce 2.0 es la hamburguesa para el individuo que se niega a la mediocridad, que desprecia las medias tintas y que, francamente, ha decidido que hoy será un día gloriosamente desordenado. Es una obra maestra de la sobrecarga calórica y un monumento al exceso. Si busca delicadeza, vaya a una pastelería. Si busca una experiencia que le recuerde que tiene un estómago y que este merece ser tratado con la máxima indulgencia, entonces, querido amigo, ha encontrado su Meca. ¡Vaya a Baka Vieja y ríndase a la Baka! La vida es corta, y esta hamburguesa es larga... muy larga.

El trato fue muy bueno, el ambiente es agradable, las hamburguesas mejorables igual que los postres

muy buenas hamburguesas. podríais poner una servilleta para cada hamburguesa, tener que compartir una para los dos por el precio que tiene .....

Entregado mas rapido de lo que pensamos, y la comida llego en perfectas condiciones!