Área de servicio Vega Poniente en Huétor Tájar

Paré a desayunar en el Área de Servicio Vega Poniente, en plena A-92 (Km 200, Granada), y fue una acierto. Es uno de esos sitios de carretera donde se nota que cuidan al viajero: rápido, limpio, bien organizado y con un ambiente agradable que se agradece cuando llevas kilómetros a la espalda. La variedad de desayunos es sorprendente: desde tostadas clásicas con buen pan, bollería, diferentes tipos de cafés y opciones más completas para quien necesita algo contundente antes de seguir el viaje. Da igual lo que te apetezca, aquí lo encuentras sin complicarte la vida. Pero lo mejor, sin duda, es el trato del personal. Las camareras son extraordinarias: rápidas, atentas, educadas y con esa simpatía natural que convierte un simple desayuno en una parada agradable. Te recomiendan, te atienden con una sonrisa y tienen una eficiencia admirable incluso cuando hay mucho movimiento.

Buena opcion para parar en la A92

Acabamos de comer ahí. Nos gustó. Comida abundante: plato entrante, primer plato y postre con bebida por 16.50, muy bien de precio. La ensalada que pedí estaba fresca, el pollo con las papas fritas riquísimo y el flan de postre con nata montada también. El pan para acompañar parecía pan casero, mucha miga y muy blanda (no como los de supermercado que son más aire que miga) y no hubo que esperar prácticamente nada, la atención fue rapidísima. Pasamos al baño y había jabón y papel, y estaba bastante limpio. Muy bien este lugar

Típico de paso. Los dulces secos y duros. Fui entresemana. La atención lo mejor.

Paramos a desayunar y muy bien, el servicio muy rápido y amable, las tostadas con jamón muy buenas y a muy buen precio. Los baños muy limpios. Y nos dejaron desayunar dentro con nuestra pequeña perrita, lo cual agradecimos muchísimo.

Típica área de servicio, todo muy bien.

Paramos de camino y estaba todo buenísimo a muy buen precio

Mi experiencia en este restaurante fue, lamentablemente, bastante decepcionante. Desde el momento en que llegamos, la atención dejó mucho que desear. La camarera que nos atendió (mujer pelirroja) mostraba una actitud claramente desganada, como si no quisiera servirnos, lo cual hizo que el ambiente se sintiera incómodo desde el principio. En cuanto a la comida, el menú resultó ser caro para la calidad y cantidad que ofrecían. Los espaguetis estaban completamente sosos y el muslo de pollo llegó crudo, algo inaceptable en cualquier restaurante. Lo único rescatable de la experiencia fue el postre, que estaba bueno, pero ni eso compensó el resto. En resumen, fue una experiencia nefasta que no pienso repetir ni recomendar. Una verdadera

Muy buen servicio y todo muy limpio

Pare a desayunar y muy bien,buen servicio y rápido.Lugar muy recomendable para parar.