Aldea Rural Pazos de Arenteiro en Boborás

Muy buena atencion, el trato muy amable y atento y el dueño muy agradable...la comida deliciosa y el interior del pazo es precioso...lo unico malo fue no poder disfrutar con un buen tiempo para pasear por el pueblo, pero con las vistas que habia desde la habitacion disfrutamos muy comodos de todas formas...para el año volvemos seguro, a ver si tenemos mas suerte con el tiempo 😅😅😅...lo recomiendo muchisimo 😃👍

Ubicado entre ríos y viñedos, buen sitio para descansar y desconectar

5 estrellas son pocas. Nos alojamos en la aldea rural Pazos de Arenteiro en agosto, en plena oleada de incendios. La noche antes contactamos con el dueño preocupados por la situación. Ramiro nos informó con detalle de todo (había incendios activos en los alrededores, la aldea parecía segura y el resto de huéspedes habían cancelado sus reservas) y se mostró comprensivo si hubiésemos querido cancelar la nuestra, a pesar del poco tiempo con el que le avisamos. Finalmente, decidimos ir y esta fue, sin duda, la mejor decisión que pudimos tomar. Al llegar, el anfitrión nos ofreció un cambio de habitación a la suite, sin coste adicional. El lugar es un auténtico sueño: el alojamiento mantiene, con mucho gusto, la estructura original y la estética rústica de la aldea, que se rodea de un entorno rural que invita a descubrir los alrededores y olvidarte de visitar otros lugares que tuvieses en ruta. Pero si algo querríamos destacar, es la amabilidad y la cercanía de Ramiro, que vela en todo momento porque la magia del lugar siga teniendo allí su espacio y los visitantes podamos vivirla. Además, el desayuno que nos preparó cada mañana fue “la guinda del pastel”: zumos naturales, un café que nos dejó sin palabras y diferentes tipos de panes, huevos, quesos, bizcochos… Fue una experiencia de las que dejan huella y estamos seguros de repetir.

Empezaré por la ubicación,para que tengan presente que hay poca cobertura al llegar al hotel nos perdimos pero a la final llegamos hemos dejado el coche como a 2 minutos caminando ya que el hotel queda en una aldea muy pequeña y angosta pero bueno puedes dejar el coche un poco más cerca .. En cuestión al hotel un hotel súper acogedor se nota la tranquilidad la paz que hay el señor Ramiro nos recibió muy bien la habitación es sencilla pero acogedora fuimos con nuestra perrita CLOTA y ella feliz hay un pequeño sendero que haces cerca del hotel va muy bien te relajas al otro día el desayuno muy rico y la atención de Ramiro muy buena es muy atento la verdad es un sitio para las personas que quieran desconectar un poco de la rutina y quieran estar tranquilo la única pega es que no hay restaurante para comer cerca del hotel es la única falla y mala cobertura pero por lo demás muy bien

El lugar perfecto para recargar energías para la próxima caminata. Nuestro más sincero agradecimiento al Sr. Ramiro por recibirnos y prepararnos tan amablemente nuestra deliciosa cena. No lo olvidaremos.

Gracias Ramiro eres un excelente anfitrión y nos hiciste sentir como en casa.

Me quedé en la Aldea Rural durante una semana. El lugar es precioso, de los pocos que quedan en Galicia con bosques autóctonos. Las habitaciones son increiblemente cómodas, tranquilas y limpias, y el trato humano es increible. Todas las noches nos esperaban con sonrisas y delicias para cenar. Y amanecer por la mañana y que te saluden sus animales al bajar al patio, era la guinda del pastel.

Para volver mil veces. Lugar con encanto, habitaciones preciosas y el trato del dueño que hace la diferencia. La relación calidad/precio es brutal. Fuimos 5 adultos y dos niños y salimos todos encantados.

Un lugar increíble, muy fácil de llegar. El dueño súper amable, a pesar de que el desayuno es hasta 10:30 y fuimos más tarde. nos trajo unos cafés a la habitación, muy atento y amable. Te da unas recomendaciones de rutas geniales! Repetiremos

¡Fantástico! El trato del propietario fue magnífico, encantador y simpátuco. La habitación maravillosa con unas vistas espectaculares a la montaña. Entorno natural tranquilo, perfecto para desconectar. Todo muy cuidado, se nota el mimo en cada detalle. El desayuno muy rico. Sin duda, volveremos.